Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]

Más que culpables-29

—¡Harry! —Llamé a mi hermano cuando salí de la biblioteca. Él no frenó, aunque si retrocedió el paso para que me fuese más fácil alcanzarle.

—¿Qué quieres? —Me preguntó dejando bien claro que no quería hablar con nadie, o al menos conmigo.

—No sé, simplemente estar contigo. Apenas hemos hablado en estos días.

—No desde que llamaste sangre sucia a Hermione. —No era algo de lo que estuviese orgullosa, era lo más hipócrita que había hecho en mucho tiempo. Harry parecía querer enseñarme qué opinaba acerca de eso, y me dejó buen claro que no estaba nada de acuerdo.

—No voy a excusarme diciendo que ella empezó, no es algo de lo que estoy orgullosa, me arrepiento de haberla llamado así. Mamá también era una nacida de muggles. Y Hermione demuestra que la sangre no define lo buen bruja o mago que es alguien. —Harry pareció calmarse al escuchar mi confesión.

—Deberías disculparte con ella.

—Ella también me hirió. —Dije cruzándome de brazos. —Sabe que, de alguna forma, el tema de Draco y Pansy también me afecta, sé que parece una estupidez, pero para mí no lo es.

—Jane.

—Harry.

Parece que teníamos algún tipo de charla mental, como la de Fred y George, porque ambos decidimos dejar ese tema.

—¿Cómo estás? Por lo de Finch-Fletchley, Macmillan, la serpiente y todo el tema del pársel. ¿Te han explicado qué es? —Le pregunté para cambiar de tema.

—Si, Ron me lo explicó anoche. No es bueno que ambos lo hablemos. Ernie se piensa que Voldemort se quería deshacer de nosotros porque tenía miedo de que le hiciésemos competencia como Señores Oscuros.

—Debería temernos. —Harry me miró confuso. —Es decir, siendo solo unos bebés fue incapaz de matarnos, solo dejó una cicatriz sobre cada uno como muestra del poco poder que tiene.

—Mamá y papá murieron. —Me recordó.

—Para salvarnos, se enfrentaron al Señor Oscuro por nosotros, jamás nos hubiesen salvado sin hubiésemos sido los próximos Señores Oscuro. —Antes de que Harry pudiese continuar Hagrid apareció por el pasillo.

—Hagrid. —Le saludamos ambos.

—¡Harry! ¡Jane! —Pareció contento de vernos, pero su entusiasmo desapareció al ver nuestras caras. —¿Qué hacéis fuera de clase?

—La han suspendido. —Le explicó él.

—¿Tú que haces aquí? —Le pregunté.

—Es el segundo que matan este trimestre. —Dijo mostrándonos un gallo sin vida. —O son zorros o chupasangres, y necesito el permiso de Dumbledore para poner un encantamiento alrededor del gallinero. —Luego nos miró con más detenimiento. —¿Estáis bien?

Harry y yo nos miramos, dudando entre si contarle algo no, ninguno teníamos ganas, asique desistimos de contarle nada.

—Si, estamos bien. —Le dije dedicándole una leve sonrisa.

—Debemos irnos, luego tenemos Transformaciones. —Le dijo Harry.

Nos despedimos de Hagrid y Harry y yo nos fuimos con la cabeza agachada.

—¿Crees que el Sombrero pudo equivocarse con alguno de nosotros? —Le pregunté cuando cruzamos a otro pasillo.

—¿A qué te refieres?

—Yo no me siento una verdadera Slytherin, me encantaría haber sido una Gryffindor, pero, si las sospechas de que somos los herederos de Salazar Slytherin son ciertas, ¿qué haces tú en Gryffindor?