La disputa-40

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Al día siguiente, en clase de pociones, me llegó una bola de papel mientras copiaba algo que el profesor Snape estaba escribiendo en la pizarra. la abrí para ver qué había escrito.

"¿Pasa algo?"

Sabía de quién era solo por la letra, giré mi cabeza para ver a la mesa de mi izquierda en la que estaban sentados Crabbe, Goyle y Draco, el último me miraba con cierta preocupación que trataba de disimular.

Aún seguía sin saber si podía confiar plenamente en él, era evidente que su padre tenía algo que ver, pero no sabía si Draco también, tampoco quería arriesgarme ni a perderlo ni a confiar demasiado en él.

Forcé una pequeña sonrisa y asentí. Draco no pareció muy convencido, pero por miedo a que Snape le llamase la atención no insistió.

Me giré más para ver a Harry.

—¿Luego podemos hablar, Harry? —Él levantó la mirada y miró a Ron, luego me volvió a mirar.

—Después, en el baño del segundo piso.

Casi corría dirección al baño para encontrarme con Harry, me chocaba con algunos alumnos que andaban despreocupados por los pasillos y recibía varias miradas de enfado, me daba igual, necesitaba respuestas

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Casi corría dirección al baño para encontrarme con Harry, me chocaba con algunos alumnos que andaban despreocupados por los pasillos y recibía varias miradas de enfado, me daba igual, necesitaba respuestas.

—¡Ah, Jane! — Una chica pálida me saludó, de la velocidad a la que iba la había adelantado sin siquiera poder mirarla, retrocedí para saludarla mientras maldecía a mi suerte por distraerme cuando tenía prisa. Me quedé unos segundos mirándola para tratar de recordar su nombre.

—Am... ¿Luna...? ¿Lovegood? —La chica asintió. —Hola.

—¿Vas a ver a Myrtle?

—¿Myrtle? —Repetí. Entonces entendí que iba dirección al baño donde siempre estaba ella. —Si, bueno, no, voy al baño, pero no solo para verla a ella. Tengo prisa, Luna, ¿hablamos luego?

Luna asintió aunque eso no hizo que no me mirase con curiosidad.

Volví a dirigirme al baño casi corriendo. Cuando llegué a la puerta me aseguré de que nadie me viese entrar y cerré la puerta tras de mí.

—¿Chicos? —Harry y Ron aparecieron frente a mí. —¿Hermione no está con vosotros?

—¿De verdad crees que quiere verte? —Me preguntó Ron arqueando una ceja. Me lo merecía.

—¿Qué narices es esto, Harry? —Le pregunté a Harry levantando el diario en mi mano.

—Son las memorias de Tom Riddle —me explicó —, estudió en Hogwarts la última vez que hubieron ataques, hace cincuenta años. Él atrapó a quien fue, lo expulsaron y le impidieron volver a hacer magia.

—¿De verdad crees que fue Hagrid? —Le pregunté.

—No me negarás que es sospechoso, Jane. Lo vimos en el callejón Knocturn, y esa criatura...

—¿Y qué piensas hacer? ¿Volver a entregarlo?

—No lo sé, pero ya decidiremos qué hacer.

—¿Quienes?

—Ron, Hermione y yo.

—¿Y yo me quedo fuera? ¿Se puede saber qué te pasa últimamente conmigo? Me ignoras, apenas me hablas, me excluyes de todo lo que tenga que ver contigo... solíamos ser hermanos, más que eso, mellizos.

—Es peligroso. —Me dijo Harry.

—¿Y vosotros si podéis poneros en peligro pero yo no? —Ya estaba gritando, estaba indignada al ver como mi hermano me alejaba cada vez más de él.

—No es lo mismo. Somos tres.

—Conmigo seríamos cuatro.

—Somos tres. —Me repitió. —Y aunque Malfoy no sea el causante de los ataques, confesó que lo ayudaría si supiese algo, contigo hay más probabilidades de que se entere, si no lo ha hecho ya... —Me miró con sospecha.

—No te atrevas, Harry. —Le advertí.

—¿Que no me atreva a qué exactamente?

—No te atrevas a sospechar de mí. Por muy amiga de Draco que sea, tú eres mi hermano.

—¿Me pondrías a mí por delante de Malfoy? —Asentí. —Si tuvieses que salvarle la vida a alguno, ¿me salvarías a mí en lugar de a Malfoy?

Me vi incapaz de responder a esa pregunta, y tampoco quería responderla, yo nunca le cuestioné nada, siempre me quitaba de lo poco que yo tenía para darle a él cuando no tenía nada, no me merecía este interrogatorio.

—No tengo por qué aguantar esto. —Me giré para irme, entonces Harry volvió a hablar.

—Devuélvemelo. —Me giré para verlo mientras arqueaba una ceja con un enfado desmesurado.

Harry tenía uno de sus brazos extendidos para agarrar el diario, pero con su otra mano buscaba disimuladamente su varita por si me negaba. Esa fue la gota que colmó el vaso.

—¿Con que es así como quieres que se hagan las cosas? —Le dije sacando mi varita. —¿Quieres un duelo? Tendrás un duelo. —Le apunté con mi varita. Él sacó la suya y nos pusimos en posición para tener un duelo.

—Recuerda que accediste. —Me dijo.

—Recuerda que tú desconfiaste de mí.

Nos quedamos frente a frente con nuestras varitas apuntándonos, ¿cómo habíamos acabado así? Hacía apenas un año éramos hermanos, ahora seguía siendo mi hermano, pero lo sentía como si mirase a un desconocido.

Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora