Tom Riddle-37

342 23 3
                                    

—¡Oliver! —Mi tono sonó más sorprendido de lo que hubiese querido, pero no lo había visto desde antes de Navidad y no esperaba verlo tan de sorpresa.

—Hola, Jane. —Me saludó él con una enorme sonrisa. —Por fin te veo.

—Si, entre las clases y los entrenamientos de quidditch apenas tengo tiempo. Flint se divierte haciéndome entrenar tanto que del cansancio me caiga de la escoba. —Me quejé.

—No sé cómo puede ser capitán. —Pensó en voz alta.

—¿Y cómo está tu padre?

—Mejor, ya su pierna está bien, y lo bueno es que ahora tenemos un coche nuevo.

—Todo ventajas. —Bromeé. —¿Querías algo? —Le pregunté antes de que se crease un silencio incómodo.

—Bueno, hablar contigo, y desearte un feliz San Valentín. —Arqueé una ceja.

—Gracias, al menos no me has felicitado con uno de los enanos de Lockhart.

—Si, ha sido vergonzoso cuando le ha cantado a Harry aquella canción.

—¿Pero a quién tenemos aquí? —Preguntó Fred rodeando a Oliver por los hombros mientras me sonreía con burla, George no tardó en aparecer, y tras ellos vinieron Tracey y Daphne.

—Hola, chicos. —Saludó Oliver a Fred y George.

—¿Disfrutando del día de los enamorados? —Preguntó el último.

—Es otro día como otro cualquiera.

—No mientas, Jane. —Me regañó Fred. —Hay cuentos muggles que dicen que si mientes te crece la nariz, ¿acaso quieres que la nariz te crezca?

—Para empezar, eso son cuentos para niños, y por último, no miento.

—Que poco espíritu de San Valentín tienes. —Se quejó negando con la cabeza.

—Alguien tiene que hacer que vuelva a creer en San Valentín, ¿verdad, Oliver? —Le preguntó George dándole un golpe en el pecho. Oliver tosió con nerviosismo y no respondió. Yo estaba apunto de matar a los gemelos.

—¿Por qué no vais a contagiar el espíritu de San Valentín por otro lado? —Le pregunté irritada. —Poneos uno de esos aros de los enanos e id por ahí cantando cancioncitas. —Les sugerí.

—No puedes ir por ahí tan amargada, Jenny. —Me dijo Fred. Luego soltó a Oliver para rodear a Daphne con toda la confianza del mundo. —Seguro que tus amigas opinan lo mismo, ¿verdad? —Daphne me sonrió con burla.

—Si, disfruta un poco del día de los enamorados, Jenny. —Daphne parecía estar pasándoselo de lujo. Yo la fulminé con la mirada.

—¿Y usted que dice, señorita? —Le preguntó George a Tracey rodeándola igual que Fred a Daphne.

—Em... opino lo mismo. —Estaba algo inquieta, luego pareció relajarse más. —Seguro que hay muchas cosas que puedes hacer hoy.

—Exacto. —Dijo George. —Como buscar al Romeo que te ha enviado esa carta.

—¿Te han enviado una carta? —Me preguntó Oliver.

—Si, pero no está firmada ni nada, da igual, tampoco es importante.

—Jane va rompiendo miles de corazones a su paso. —Ese hubiese sido un comentario casual en los gemelos, pero cuando vi que lo había dicho Daphne supe que ya la habían contagiado.

—Tú también no. —Le rogué.

Empezamos a oír unos pasos acelerados que se iban acercando cada vez más.

Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora