Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]

El duelo-41

¿A eso habíamos llegado? Pues adelante. No tenía intención dejar que Harry me venciese en aquel duelo, él lo había provocado y yo iba a no dejarme ganar tan fácilmente.

Estábamos mirándonos fijamente esperando a ver cual de los dos lanzaba en primer hechizo. La tensión podía cortarse con un cuchillo. Ron nos miraba a ambos, podría haberse roto el cuello de tanto girarlo para tratar de ver como reaccionábamos y ver quién atacaba primero.

—¿Estás seguro de que esto es una buena idea, Harry? —Le preguntó tragando saliva. —Quiero decir, no es necesario tener un duelo...

Ninguno le hicimos caso, ya estábamos demasiado decididos a tener un duelo.

Estuvimos un rato mirándonos sin movernos apenas un milímetro. Me divertía ver la cara de concentración de Harry, trataba de intentar hacerme creer que iba a lanzar él primero el primer hechizo, pero era evidente que si no lo había hecho en todo ese tiempo no lo iba a hacer hasta que el me viese mover la varita para atacarle. En ese momento moví mi varita para asustarle hasta que un destello rojo salió de su varita y la mía salió disparada de mi mano.

Él abrió mucho los ojos al darse cuenta de que yo no tenía intención de atacarle y que había sido él quien había lanzado el primer hechizo. Le miré con tanta furia y traición como pude.

Corrí hacia mi varita para recuperarla. Cuando me tiré al suelo para cogerla Harry me volvió a apuntar con la suya.

—Es un duelo injusto si uno va armado y el otro no. —Le recordé mirándole con rencor.

—El diario. —Me pidió acercándose a mí. su tono era más suave que antes, casi parecía una súplica, como si le doliese tener que hacer lo que estábamos haciendo.

Le miré y en un rápido movimiento le lancé un hechizo.

—¡Flipendo! —Harry se derrumbó en el suelo. Cuando aún estaba aturdido volví a atacar. —¡Accio varita! —La varita de Harry voló a mi mano.

Harry y Ron me miraron sorprendidos. Les dediqué una sonrisa de superioridad hasta que sentí que alguien me quitaba mi varita. Me giré furiosa para ver a Hermione con mi varita.

—¡Eso es juego sucio! — Me quejé mirándola muy enfadada.

—Es un duelo no oficial, eso da igual. —Me rebatió.

—Dame mi varita.

—Danos el diario.

—Dame mi varita y le devolveré a Harry la suya. Varita por varita, es un cambio justo.

—El diario. —Insistió.

—Es un cambio injusto entonces, ¿no crees? —Arqueé una ceja.

—Jane, no estamos para juegos. —Me dijo Harry con una seriedad sorprendente en él.

—Dadme mi varita y os daré el diario, lo prometo.

—¿Cómo sabemos que lo harás? —Me molestó que la persona con la que había vivido y sufrido tanto dudase de mi de aquella forma.

—Porque yo sí soy de fiar. —Le dije con el tono más severo que pude poner.

Hermione no esperó a que Harry le dijese que me diese la varita, se acercó a mí y me la entregó sin decir nada, aunque si me miraba muy seria.

Saqué el diario lo puse en su mano, pero antes de soltarlo le hablé.

—Perdona. —No había podido hablar con ella desde hacía mucho tiempo, y mucho menos había podido disculparme desde la última vez que discutimos y la había llamado sangre sucia. Ella no pareció entender por qué me disculpaba. —Eres más bruja de lo que seguramente llegaré a ser yo. —Ahí me entendió y se sorprendió al ver que tras el tiempo que había pasado había querido disculparme. Puede que me tuviesen como la villana, pero no era un monstruo.

Hermione se aclaró un poco la garganta.

—También siento lo que te dije sobre Malfoy. —No dejó tiempo a que le respondiese porque se giró antes de que le pusiese decir nada, entonces la agarré del brazo. Me miró sorprendida frunciendo el ceño.

—La varita de Harry. —Se la entregué y salí de allí.

No sabía si había actuado bien en aquella situación, tampoco sabía si había hecho bien en entregarles aquel diario, pero lo que si sabía era que el diario original de Tom Riddle estaba en uno de los cajones de mi mesita de noche, en mi habitación, y que lo que les había entregado era una simple copia sin una pizca de magia