Ven Conmigo

Segunda parte.

Hace mucho que no publicaba por este medio, y ahora que lo hago se siente raro.

Agradeciéndoles a todos por el apoyo que he tenido desde un inicio, anuncio que después de unos cuantos años, he decidido hacer una segunda parte de la novela a la que le han dado tanto amor.

Acaba de publicarse el primer capítulo y espero que les guste tanto como Ven conmigo.

Les dejo un pedazo de lo que pueden llegarse a encontrar en la segunda parte de la historia de amor de Nirvana y Dominic.

El aire frío de la ciudad de Manhattan llegó hasta mis fosas nasales y respiré profundamente. Guarde mis manos en los bolsillos, de mi largo y caliente saco, mi cabello se estampo en mi cara una vez que la ráfaga de viento paso.

Sonreí con tristeza.

Está era la quinta vez que venía con la ginecóloga para ver como nos estaba llendo con el tratamiento de embarazo al que nos habíamos sometidos Dominic y yo desde más de 2 años, en los que, todos y cada unos de los intentos. Habían resultado fallidos.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y suspiré una vez que volví a sentir el papel doblando en mis manos.

Camine lentamente por las calles de Manhattan hasta llegar a mi hogar, hogar que compartía con mi amado esposo.

Sonreí nuevamente con tristeza una vez que lo vi asomarse por la puerta de nuestra habitación.

Borró su sonrisa una vez que me vio negar y un sollozo involuntario salió de mi, haciendo así que mi llanto empezara escucharse por toda la casa.

—Esta bien amor, seguiremos intentando. —trató de consolarme.
—Nada está bien Dom, tenemos casi dos años intentando tener un bebé. —apreté mi quijada antes de pronunciar las siguientes palabras —Ese hijo de perra de Alexander. —sentir tensarse a Dom en mis brazos.

Si bien nos habíamos apartado de todo, algo nos seguía marcando desde ese entonces. Y es que después de la fabulosa e íntima boda que tuvimos en Francia con nuestros amigos cercanos y familiares, todo había sido color de rosa con Dominic hasta que nuestra duda de si estaba embarazada o no llegó a nosotros. Después de unos cambios de humor y antojos que había presentado en su momento.

—Ya llegará el momento de tener a nuestro bebé amor, no te estreses demasiado. —bufé molesta al escuchar nuevamente esas palabras salir de su boca.

Siempre eran las mismas después de enterarme que, nuevamente, no estaba embarazada.

—Siempre he sido el problema yo. —susurro aún en sus brazos —Primero la anemia, después el aborto y ahora esto. —lloro en sus brazos, que ahora mismo no me reconfortan —No quiero seguir intentando.

Sin meditar palabra alguna, Dom, se separa de mí, limpia mis lágrimas y se pone de rodillas frente a mi. Besa mi vientre y después me mira con esos hermoso ojos color verdes llenos de amor.

—Sé que habrá un bebé allí adentro cuando menos lo esperemos, no te desesperemos mi amor. —besa mis manos —Estoy contigo que es lo que importa en estos momentos, te amo con o sin hijos y recuerda siempre, en la salud y en la enfermedad por todos los días de mi vida. —lloré cuando recitó las palabras que hace 3 años pronunció en nuestra boda.

Sonreí y caminos hacia la cama, ahí, abrazados y sin decir nada ambos nos quedamos dormidos.