Capítulo 22

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—Están muertos. —susurre en su oído.

Tras un leve movimiento de cabeza se separó de mí, me observó de pies a cabeza y volvió a asentir.

—Tú padre me dijo que el día que vinieras a buscarme, es porque él estaría tres metros bajo tierra. —dice y ríe.

Blanqueo los ojos mis ojos y balanceo el peso de una pierna a la otra, y mi dedo pulgar lo llevo a mi boca para darle un leve mordisco.

—No me causa gracia, tío Byron. —dije burlesca y ahora fue su turno de blanquear los ojos.
—No me causa gracia. —repitió las misma palabras, molesto. Lo que ocasionó que riera —Y por favor, no vuelvas a decirme "tío" que me haces sentir viejo. —dijo molesto.

Río nuevamente mientras tomo mi estómago, y me inclinó ligeramente hacia a él y tomo un mechón de su flequillo.

—¿Éso es una cana?. —pregunté riendo y él nuevamente blanqueo los ojos.
—Muy graciosa, me teñi hace dos días. —habló serio, después estiró su mano en mi dirección —Ven, vamos. —dice sonriendo.

Antes de tomar su mano me acuerdo que vengo con Amanda y niego.

—Traje un poco de compañía. —le informó antes de dar media vuelta y empezar mi camino de vuelta a la calle.

Cuando llegó al Ferrari puedo ver que Amanda sigue dormida, frunzo mi ceño y caminó hasta su lado para tratar de despertarla. <<Qué raro, ella nunca duerme tanto>>

—¿Quién es?. —pregunta Byron a mi espalda
—Una amiga. —contesto.

Cuando llegó a su lado, la muevo de un lado al otro mientras susurró su nombre, lo cual no parece funcionar en lo más mínimo.

—¡Amanda!. —grito cuando me doy por vencida.

Amanda al oír el grito se levanta exaltada, ocasionando que se golpee la cabeza en el techo del auto, por el brinco que dio del susto.

—¡Maldición Nirvana!. —grita tocándose la zona adolorida —Tu y tus malditas formas de despertar a uno. —susurra por lo bajo cuando sale del coche.

(....)

—Bienvenidas. —dice Byron mientras abre la puerta de su casa.

Apenas cruzamos el umbral de la puerta, una mujer de unos veinte tantos años salió a recibir a Byron. Después de darle un beso cariñoso en los labios y besar su estómago de aproximadamente cinco meses o más de embarazo, ambos centraron la vista en nosotras.

—Amor, ellas son Amanda Thompson y Nirvana Valentina, mi sobrina. —nos presentó a ambas señalandonos a cada una en su momento.

Ambas estiramos la mano en forma de saludo, pero ella no la aceptó. Al contrario, puso sus manos en nuestros hombros y nos dio un beso a cada una en la mejilla.

—Rebeca Macías, su pareja. —dice.

Como era de esperarse, tanto Rebeca como Byron nos trataron como si convivieramos de toda la vida y es que no está de más decir que Byron y Charles no llevaban una buena relación, lo que me pareció sumamente extraño que fuera a él a quien acudiera.

Después de desayunar algo, nos dieron una habitación en la cual nos instalamos ambas. Me di una relajante pero sobre todo necesitada ducha me dispuse a dormir un rato, el tiempo necesario para que Amanda hablará con Rebeca sobre lo maravilloso que es el idioma Italiano, que casualmente Rebeca hablaba.

Me tumbé de espaldas a la cama, mirando el techo con los brazos cruzados por detrás de la cabeza tratando de conciliar el sueño, lo cual nunca pude. Parece que se un momento a otro, el sueño nunca hubiera existido. Ya me movía al lado izquierdo, al lado derecho, de costado y el sueño no llegaba.

—Así que, ¿No has podido dormir?. —dijo Amanda desde el marco de la puerta.

Meto la mano por debajo de la almohada y apoyo mi cabeza en ella para después negar con la cabeza. Amanda sonríe y en sus ojos veo nerviosismo en ellos por lo cual mi ceño se frunce y ella lo nota, suspira y pasa sus manos por detrás de su espaldas y vuelve a suspirar.

—¿Qué haremos ahora, Nirvana?. —me pregunta en un susurro.

Con el ceño fruncido me siento en la cama y con la cabeza le hago una seña para que ella haga lo mismo.

—Tú irás a casa y yo.....—suspiró mirando mis manos que están en mi regazo —Quizás hacerme cargo del grupo de papá. —digo.

Ambas nos miramos directamente y cuando empieza a arder mis pupilas ella sonríe, después se para de la cama y salta hasta nuestras maletas, empieza a rebuscar en la suya y después de sacar un vestido color negro, a la altura del muslo y con un escote en corte V busca en la bolsa negra que yo traje.

—No tienes nada de ropa aquí, Nirvana. —dice con el ceño fruncido y vuelve a su maleta.

La observó durante unos minutos mientras ella sigue buscando, y tras encontrar un vestido azul con brillantes en la zona del escote, se vuelve a poner de pie con ambos vestidos en la mano. Observa uno y luego a mí, después al otro y nuevamente a mí.

—El negro te queda mejor. —comenta, estira el vestido a mi dirección y me lo entrega.
—No tengo ánimos de ir a una fiesta, Amanda. —la reprendo y ella sonríe con arrogancia.
—Tu padre murió, ¿No piensas ir a su entierro?. —dice, se da media vuelta y camina a la puerta.

Tras cerrarla nuevamente camina hasta la cama y se saca la camisa, se quita también los vaqueros y quedando en ropa interior se pasa por su cuerpo el vestido color azul con brillantes por todo su cuerpo.

—Y crees que con un vestido a medio muslo, ¿Es buena idea?. —le digo burlesca con una ceja alzada, ella bufa y sube el cierre de su vestido.
—No. Pero no tenemos otra cosa, aparte......—se levanta y camina a su maleta, de donde saca su maquillaje de "Emergencias" según ella —Aparte tienes que verte bien y no demostrarle a nadie que estás débil, si tomaras el cargo de tu padre. Y Dominic estará ahí. —dice mientras se coloca gloss en los labios.
—¿Que tiene que ver Dominic en todo esto?. —le pregunté mientras empiezo a desvestirme.
—No vayas a molestarte, pero he leído la carta que Dominic te dio con ese hermoso collar pero éso no tiene.....—antes de que pueda continuar la corto.
—¿Qué carta?. —pregunto para después ponerme de pie
—¡La que te dio con tu regalo de cumpleaños!. —grita rodando los ojos.  

Camina unos pasos y llegando a mi bolsa, rebusca en ella y saca la caja aterciopelada que Dominic me dio junto al sobre blanco del cual saca una hoja de papel y me la tiende.  

Nirvana, quizás para cuando estés leyendo esto, estás odiandome y lamento hacerle de esta forma de esto,  pero dada las circunstancias, no podré hacerlo de frente.

¿Recuerdas la historia de mi madre? Si es verdad, ¿Recuerdas las personas que te dije? Son tu familia,  tu familia me quitó lo que yo más quería, ¡tan sólo tenía cinco años! Y tu padre ya me había quitado a mi madre.

Habiamos dicho que la mejor forma de hacer vengar su muerte, era matando a tú padre, pero luego apareciste tu. Con tu carita de niña buena y tu ingenuidad, que nos lo facilitaste mejor de lo que esperábamos.  

Eres tan ingenua que no te das cuenta, de quien te hace bien y quien mal. No confies a partir de ahora ni en tu misma sombra, la persona menos esperada podra arruinarte la existencia.

Si creías que te amaba, Nirvana Valentine estas muy equivocada. Un beso.


Dominic Miller.

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