Capítulo 46

4.2K 232 6
                                    

—Dominic James. —dije en cuanto coloqué el auricular en mi oido.
Si que tomas muy enserio eso del "señor empresario". —dijo como sorna Jayson del otro lado de la línea.
—Podría tener a un accionista en espera, pero no. Decidí contestar la llamada de mí mejor amigo. —dije burlesco, y atisbo de sonrisa apareció cuando lo escuché bufa.
Tú lo has dicho bro, mejor amigo casi hermano. —dijo simple.
—Hermano. —susurre apenas audible —¿A que se debe tu llamada?. —pregunté.

Desde hace ya un año que había empezado un proyecto empresarial, y que a pesar de que tengo poco en él ha funcionado de maravilla, hasta el grado de posicionarme con mi empresa—Corporativo James—en el lugar número cinco de las mejores empresas con los dueños más cotizados y solteros del pais, según Forbes.

Solo hablaba para recordarte que mañana es la boda de Alex, desocupate temprano. —comentó.

Mañana era primero de Julio del 2017 y era la fecha que Alex había escogido para unirse de lleno a Antonieta.

—Si lo tengo más que anotado, Jay. —comenté viendo la hermosa vista de Manhattan.

Había decidido que mi empresa se fundara en Manhattan para alejarme un poco de todo lo sucedido en Seattle. Y aunque no pasara demasiado tiempo con mi familia, hacia lo posible por marcar en las noches y saber sobre ellos.

Ahora llevaba puesto un traje azul metalico, de tres piezas, sin el saco y las mangas dobladas hasta los codos.

Bien, ¿A que hora llegas?. —preguntó, escuché el llanto de un bebé muy cerca de la bocina y tras hacer una mueca—que obviamente él no observó—dije.

—Llegaré como a las tres de la madrugada. Antes de que vayas a decir algo, no, no quiero que vayas por mi al aeropuerto. —dije haciendo un pequeño trago de whisky en mi escritorio.

Observé a una mujer castaña asomar la mitad de su cuerpo por la puerta, su sonrisa de niña traviesa me hizo saber que Beatriz—mi secretaria—era una mujer increíble y que Roberto—su esposo—era un afortunado por tenerla a su lado.

Levanté una de mis cejas y tras acerle una seña de espera y finalizar la llamada con Jayson, hablé.

—¿Alguna ocurrencia tuya, Beatriz?. —dije burlesco.

No es que llevará una increíble relación con ella, pero a Beatriz le pasaba cualquier cosa que era difícil creerlo. Se parecía tanto a Ángela en la personalidad que estando con ella me sentía un poco mejor que cuando llegue.

—Traté de hacerle un café, pero la máquina no funciona y cuando la moví sólo para ver que pasaba. —respiró profundo antes de seguir —La tiré, se cayó ¡Ay no sé!. —dijo para después soltarse a llorar.

Mi sonrisa se borró cuando observé aquel gesto de ella, se metió de lleno en la oficia y después de sentarse en la silla frente a mí, sorbo sus narices y habló.

—Disculpe senor James es que.....
—El embarazo, lo sé. —la corté extendiendo la caja de pañuelos que ella misma me había regalado hace un par de días.

Beatriz está a menos de dos meses de ser madre, y yo junto a ella he estado soportando sus ataques de cambios de humor, aunque éstos no había aparecido hasta apenas hace unos días, no me quejaba.

—¿Por que simplemente no llamaste al servicio? Por si había algún líquido que limpiar. —hable con amabilidad.
—No hay ningún líquido que limpiar señor. —dice y nuevamente tras sorber sus narices habla —¿Va a descontarlo de mi suelo verdad?. —finaliza y baja la cabeza.

Ven ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora