Capítulo 24

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Me hubiera gustado decir que desperté maravillosamente bien, en mi cama, con el canto de los pajaritos que están en el árbol enfrente de la ventana de mi habitación y que a pesar de que era cegadora, la luz que entraba por la ventana era reconfortante. ¡Pero no! Ni siquiera he dormido en toda la noche, ayer a las once de la noche salimos rumbo a Manhattan porque se supone hoy en la noche sería el día de mi presentación.

Mi padre me había dicho que sólo me presentaría como una persona más en su importante banda, pero mientras Amanda y Rebeca dormían me puse a platicar con Byron. Tendría que aceptar el puesto, si no de lo contrario otra persona de la banda lo haría. Y aprovechando dormían me dijo los pros y contras de que otra persona esté a cargo de la banda y como supuse, puso malos contras para que yo aceptará tomar el puesto que mi padre aprendía.

No supe más de Dominic cuando, por suerte, el señor McCain apareció para salvarme de mi tío cuando él nos preguntó si nos conocíamos. Estaba más que claro que Alexander, hermano mayor de Joe y Jacob estaba coqueteando conmigo cuando acepté ir por un café con él, y como mi lado despechado de novia engañada, le coquetee sólo un poco. Un poco solamente.

-¿Puedo preguntar algo?. -dijo Byron.

Probablemente sabía lo que venía, quizás quería preguntar de dónde conozco a Dominic o quizás sí estoy preparada para tomar el cargo de papá. Preferiría mil veces que fuera por la segunda opción.

-Dime. -contesté volteando a ver la ventana.
-¿De donde conoces a Dominic Miller?. -preguntó.

Cerré fuertemente los ojos cuando terminó de hablar. La pregunta se repitió una y otra vez en mi cabeza durante el camino a la casa que Byron había alquilado para pasar estos días aquí. Suspire vencida y miré a Byron.

-¿Qué relación tienes con él?. -pregunté de regreso. Byron sonrió y después de chasquear su lengua habló.
-Lo que tuvieras con él no afectará la relación que tenemos. -dijo con confianza mientras me miraba de reojo -Aparte, yo pregunté primero. -dijo.

Reímos ambos cuando nos dimos cuenta, que a pesar de ser hermano de mi padre y que ellos no se llevarán bien. Nosotros podríamos hablar como si nos conociéramos de toda la vida.

-Me acosté con él. -dije cuando el semáforo se puso en rojo.

Byron volteó a verme con una ceja alzada y una mueca de disgusto en su boca.

-¿Dominic y tú?. -me pregunto a lo que asentí con la mirada baja -¡No! ¡No puedo ni siquiera imaginar que tú y Dominic! ¡No!. -gritó.

Maldijo por lo bajo y cuando el semáforo cambió de color aceleró a toda marcha. Podía escuchar su respiración pesada y como pronto romperá si quijada. Realmente Byron estaba furioso.

-¡Hey! ¿Qué pasa?. -dijo la voz adormilada de Rebeca a mis espaldas.
-Nada. Cállate y vuelve a dormir. -respondió tajante Byron.

Rebeca no dijo nada y volvió a su asienta, atrás. Miré fulminante a Byron pero él me ignoró, bufe molesta y el carro se movió más rápido.

-No debiste hablarle así, ella no tiene la culpa. -la dije por lo bajo.
-Si tienes razón. -dijo -Ella no tiene la culpa de que tú. -volteó a verme -Te hubieras acostado con uno de mis mejores amigos. -comentó molesto.
-¿Perdona? ¿Qué?. -vocifere asombrada.
-¡Te has acostado con uno, de mis mejores amigos!. -grita.

Ambos empezamos a respirar pesadamente, mis manos se hacen puños cuando él para el auto. No doy crédito a lo que mis ojos ven, Byron se ha bajado, ha rodeado el auto y ha abierto la puerta del copiloto, donde yo vengo.

-Baja. -dice con su voz cargada de furia.

Sin rechinar hago caso a lo que dice y bajó del auto, de un portazo cerró la puerta, y cuando he volteado a ver a las personas que están dentro de este, me percató que ambas se han despertado y ponen atención a lo que sucede afuera.

-¿Tú padre lo sabía?. -pregunta Byron.

Dejo de mirar a las chicas y centro mi mirada en él. Sus ojos negros carbón están examinandome cómo si él supiera que diré alguna mentira en cualquier momento. El se recarga en la señal de tránsito que hay detrás de él y tras meter sus manos a los bolsillos de su chaqueta, bufa y vuelve a hablar.

-Podemos quedarnos todo el día, por mi no hay problema. -comenta con desdén.

Ruedo los ojos y él sonrió cuando vio que hice lo mismo que él minutos atrás.

-No. -le digo en un susurro, volteó a lado contrario de la acera y observó las calles.

Una joven pareja viene caminando hacia nosotros con un pequeño niño de brazos, más adelante un señora de unos sesenta y pico viene caminando a paso lento. Después está un pareja discutiendo, frunzo mi ceño al ver que el tipo la ha empujado y ella perdiendo el equilibrio ha caído al piso, sin pensarlo dos veces a paso apresurado camino hacia ellos y cuando estoy a unos pasos de ellos veo con el tipo, ha golpeado la mejilla de la chica.

Oigo detrás de mí a Byron gritar un par de veces mi nombre pero no me detengo, cuando llegó a ellos veo que la intención del hombre es nuevamente golpear, pero antes de que llegue el impacto tomó de su brazo y él con una ceja alzada, me mira desde abajo.

-¿Te crees muy hombre por golpearla?. -él sonríe ante mi pregunta y ríe con gracia escandalosamente
-Soy mucho más hombre que con el que se acuesta, muñeca. -dice.

Hago una mueca de asco ante su repugnante apodo y liberó brazo, la doy la espalda y miró a la chica, sus ojos color verde esmeralda ahora están rojos e hinchados del llanto que ha estado soltando y si mejilla tiene levemente marcados los dedos de este tipo. Noto en su cuello como tiene varios moretones en él.

-Te han quedado perfectos esos moratones en el cuellos. -le dijo mientras me pongo de frente a él -Aunque le hace falta algo, ¿No?. -el hombre la observó de pies a cabeza y tras no encontrarle nada, negó, sonreí -Hace falta quien la defienda de personas como tú. -le dije.

Él con autosuficiencia, sonrió. Volteó al otro lado de la acera y miró a Byron, hizo un saludo con la cabeza y después de volver la vista hacia mí habló.

-¿Él lo hará?. -dijo riendo. No tarde demasiado en tomar el arma que traía en la parte de atrás de mi espalda y apunté directo a su frente.
-Lo haré yo. -dije.

Sonreí y después le hice un guiño, el trago en seco cuando tiré del gatillo. Voltee la vista a la chica y la ayudé a ponerse de pie, fue ahí cuando veo que la joven tenía no más de tres meses de embarazo. La rabia empezó a crecer en mí y sin importarme tanto me voltee y golpee con el mango de la pistola al hombre en la cara y él cayó al pavimento.

(......)

-Así que te llamas Laura, pelirroja. -dijo con diversión Amanda.

Después de que el chico cayera al piso, al levantarse trató de golpearme pero Byron fue más rápido que él y de un golpe en la quijada lo noqueo. Cuando le pedí a Laura que se viniera con nosotros, no lo pensó tanto y aceptó. Ahora Laura y Amanda hablaban en el cuarto de habitación en la cual yo me hospedaba.

-Así es, Amanda. -contestó.

La mirada de Amanda y la mía, se fueron a su abultado vientre cuando ella puso su mano en ella y empezó a acariciarla de arriba a bajo.

Las tres habíamos salido de compras junto a Rebeca, a comprarle un vestido que ella quisiera para esta noche, donde yo pasaría a ser una total heredera de toda la mafia Valentine.

Amanda vestida un hermosa vestido rojo, con manga tres cuartos, espalda al descubierto, y con una hermosa piedreria en la zona del escote y unos tacones a juego con él. Mientras Laura vestía un vestido color azul que hacía resaltar sus ojos color verde esmeralda y que hacía que su abdomen se notará de más. Yo traía un hermosa vestido color celeste que hacía que mi piel se viera más blanca de lo normal, y con unos zapatos a juego del mismo color, me hacía sentir nueva. Como otra Nirvana Valentine.

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Lamento el retraso, pero entre la semana pasada a clases y apenas tuve tiempo de revisar las faltas de ortografía.
¡Lo compesare! Estoy dándole los últimos detalle al capítulo 25 para este mismo día subirlo.

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