Capítulo 36

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Octavo mes.

-Maldición. -murmure por lo bajo mientras oía el timbre sonar.
-¡Feliz cumpleaños!. -dijo Amanda apenas abrí la puerta.

Respiré profundo antes de regresarle el abrazo, detras de ella pude observar a Laura junto a la pequeña Brenda y a Leonardo.

-Que confidencial. -le dije a Leo, quien solo le atino a guiñarme un ojo mientras entraba a la casa.
-Si, si. Felicidades. -dijo riendo mientra se sentaba en el sófa que tanto odio pero que él tanto ama, que no lo he tirado.
-¡Feliz Cumpleaños!. -gritó Laura espantando a su hija la cual se puso a llorar.
-Pasaré por alto que Leo las haya traído, pero si no la cayas te vas. -le dije a Laura apuntandolas con el dedo índice a ambas chicas.

Caminé hasta la cocina, donde Amanda me siguió y se sento en la sillas de la isla. Empecé a preparar un emparedado y después de ofrecerle a Amanda empecé el suyo.

-Así que, ¿Puedo abrazarte?. -preguntó como niña chiquita a la cual han regañado y mira a la mesa y no a la persona que la va a regañar.
-¿Porqué no lo harías?. -regresé en respuesta lo que la tomó por sorpresa.
-Bueno, en estás fechas sucedieron cosas terribles y te conozco perfectamente y sé que no quieres que nadie te abrace. -dijo de forma monotona, como si estuviera ensayandolo todo día.

Le sonreí calidamente y le tendí su emparedado el cual empezó a comer cuando me senté a su lado. Pase por sus hombros mis brazo izquierdo y la atraje hacía a mí, ella recosto su cabeza en mi hombro y empezó a comer.

-Hueles a hombre. -comentó a lo que reí levemente.
-Bueno, que puedio decirte. -levanté mis hombros desinteresada -Es mi cumpleaños. -dije y ambas reímos.

Nuestras risas se vieron interumpido por Leonardo que entraba con Alex detrás, y a decir verdad con una no tan buena.

-¿Sucede algo?. -pregunté dejando el emparedado en la mesoleta de la isla.
-Primero quiera felicitarte por tú cumpleaños, pero después de decirte lo siguiente se te olvidará que es tú cumpleaños. -dijo, tras hacerle unas señas prosiguió hablando -Dominic dio con tu paradero, y no tarda en estar aquí. -finalizó al mismo tiempo que el timbre sonó.

Leo no tardó mucho en arrastrar, prácticamente, a Amanda fuera de la cocina mientras yo buscaba un arma en algún cajón del gabinete en la cocina.

-Nirvana. -me llamó Alex, no le presté atención yo seguía en la búsqueda de algún arma de fuego y lo único que encontré fueron unas armas punzocortante -Soy policía. -dijo y volteé a verlo y lo encontré apuntandome con su arma -Levanta las manos, estás detenida. -apuntandome con el arma rodeó la mesa hasta que quedó frente a mi -Creemé no quiero hacerlo, es sólo mi deber. -dijo cerca mío.
-Eres mi hermano, pero si tengo que pasar por ti, lo haré lo sabes ¿No?. -le pregunté mientras caminaba hacia él.

Él asintió, pero ninguno dijo nada. Los toques del timbre se hicieron más fuertes y con ellos unas voces de fondo se escucharon, lo único que yo rogaba es que Leo ya hubiera sacado a las chicas del departamento. Varios pasos rápidos se escucharon por la sala de la casa, entonces Alex dijo:

-Te encontré Nirvana. -dijo y ante mi confusión él me entregó el arma y con un movimiento de cabeza me indicó que me saliera de la cocina y así lo hice.

Corrí de la cocina al cuarto de lavado y de ahí hacía la puerta de emergencia, una puerta que daba hacía las escaleras y por ellas podría subir a la azotea y de ahí salir de aquí. Apenas logré subir los primeros escalones hacía la azotea, alguien tomó de mi tobillo, al voltearme levanto el arma pero apenas hago el intento alguien ya me la ha arrebatado de las manos.

Ambos nos miramos, ambos mantenemos la vista en los ojos de la otra persona, sin embargo las miradas no dicen lo mismo. Mis ojos se nublan y al parecer algo despierta en él, porque su agarre en mis manos se hace menos pero aún así no se levanta de encima mío.

Ven ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora