Capítulo 27

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Tenía en mente prepararme para que a partir de ahora mis días al despertar fueran así. Ruidos de Amanda y Laura gritando por quien usará primero baño y gritos por parte de Leo queriendo callarlas. Abrí mis ojos lentamente y voltee hacia  muró y miré la hora, seis con treinta y cinco minutos. Bufé molesta y me levanté dela cama a regañadientes, abrí la puerta del cuarto y en la entrada de ella me encontré a ambas chicas en la puerta con la cara de sorpresa.

—¿Sucede algo?. —pregunté con una ceja alzada, para después cruzar mis brazos por debajo de mis pechos y recargarme en el marco de la puerta. 

Ambas chicas ya vestían sus uniforme escolares, camisa blanca, suéter azul rey y zapatos de piso, haciendo una pequeña consideración con Laura quien llevaba unos pants y lo demás acorde al uniforme. Se miraron entre sí y después volvieron al mirarme para empezar a parlotear sin ser entendidas.

—¿Entonces, nos llevarás tú?. —dijeron ambas al unísono.
—¡Claro que sí! Solo me cambio y las llevo, Laura. —hablé especificando.

Sinceramente no estaba enojada con Amanda, pero la conocía bastante bien que sabía que después de clases ella vendría a pedirme las disculpas que en verdad son muy merecidas hacia a mi, para después decir que ella sólo había dicho la verdad. No estaba enojada por lo que dijo, si no como lo dijo.

—¿No vas a hablarme?. —preguntó Amanda con la mirada cabizbaja.
—Buenos días, Amanda. —dije para después dar media vuelta y cerrar la puerta.

Me bañé y cambié lo más rápido que pude para llegar a tiempo a la escuela. Cuando bajé las chicas se encontraban en la sala viendo la televisión y cuando me oyeron bajar rápidamente se pusieron de pie y las tres salimos de la casa, afuera, como era de esperar, estaba Leonardo con una camioneta Ford negra con vidrios polarizados encendida para emprender camino a donde sea que uno le diga.

—Muy bien, Nirvana. —vociferó canturreo Leo, lo que hizo que mi total atención estuviera con él y nada más él —Dejando a las chicas, iremos a la casa en la que tú padre y hermana solían hacer las "reuniones" con las demás personas y conocerás a cada uno de ellos y su puesto ¿Entendido?. —preguntó volteando a verme una milésima de segundo para después volver su vista a lo calle.

Asentí aunque sabía que el no me veía y miré a las chicas quienes cuchicheaban entre ellas cosas y después reían.

Durante los siguientes veinte minutos de viaje, lo único que se oían eran las risas de Amanda y Laura en la parte trasera del carro, cuando llegamos a la entrada de la escuela, todos sin excepción ninguno miraron a la camioneta y después de ver bajar Leonardo de ella todos volvieron a lo suyo.

—No sabía qué causadas miedo sin siquiera decir nada. —le dije burlona a Leo, quien arrogantemente sonrió.
—Bueno, es por el puesto que tenía junto a tú padre. —dijo seguro.

Los cuatro caminamos hasta la dirección, donde Laura pediría su horario y después iría a clase junto a Amanda.

Después de veinte minutos de espera, fue tiempo de irnos. Leonardo camino a mi lado durante el trayecto a la camioneta, miré interrogante a Leonardo cuando las personas fuera del establecimiento se abrían para dejar pasarnos a todos, sin siquiera decir nada.

—Es por lo de tú padre, una ciudad chica Nirvana. —me dijo al oído cuando pasamos por unas personas que susurraba cosas y al pasar por su lado se callaron de inmediato.
—Pero son tan disimulados. —le dije de igual forma —Bien chicas, Leo o cualquier otra persona vendrá por ustedes a la salida ¿De acuerdo?. —les pregunté y después de asentir ambas salieron para sus respectivos salones.

Caminamos de regreso al coche de la misma manera que habíamos entrado, a diferencia que Eduard había interrumpido nuestro paso a la entrada de la puerta.

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