Capítulo 48

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—El mejor cumpleaños. —susurre antes de volver a besarla.

Sus labios se movían en conjunto con los míos, en sincronía como si ellos estuvieran hechos para cada uno, un rompecabezas que se une en una sola pieza. Sin embargo somos humanos y como no, necesitamos oxígeno.

—Falta lo mejor. —dijo, al separarse de mí.

Se bajo del escritorio y en ese momento, a mi mente vino la imagen de Nirvana encima se ella y yo poseyendola una y otra vez.

—¿Acaso escuchaste lo que dije?. —pregunto Nirvana con los brazos cruzados por debajo se sus pechos.
—Perdóname, ¿Qué decías?. —pregunté inocente mientras la tomaba de la cintura.
—Qué todos nos esperan para ir a comer. —dijo viendo la puerta.

Ella se dio una palmada en la frente sonriendo, fue ahí cuando me di cuenta que ella portaba el anillo. El anillo que yo le había dado.

Me le quede viendo fijamente y cuando ella se dio cuenta, dirigió su vista ahí.

—Me lo dieron ayer, cuando me dejaron salir. —dijo también observando el anillo —Vamos. —me tomó de la mano y me llevó hasta con ella, pero la detuve unos pasos antes de salir.
—Tengo trabajo que hacer. —dije de la nada.

Nirvana se volteó inmediatamente y me miró con una ceja alzada y en esos ojos color miel lo único que demostraba era molestia. Estaba molesta.

—¿Es enserio, Dominic?. —preguntó soltando su agarre y de pronto sentí la necesidad de volver a sentir su calor y cuando trate de tomarla ella se separó —¡No hice todo esto para nada James!. —vociferó señalando con su dedo índice mi pecho y viendo directo a mis ojos —¿¡Sabes lo jodidamente complicado hacer todo esto en media noche!?. —volvió a gritar —¡No, no lo sabes porque estabas dormido!  ¡Sin embargo yo tuve que viajar en tren porque no había ningún vuelo disponible!. —sus ojos se cristalizaron y cerró fuertemente los ojos al pronunciar las siguientes palabras —Te..Tenía la oportunidad de viajar se nuevo a Seattle y olvidarme de ti ó olvidarme de Seattle y todo lo sucedido allá y venir contigo y ¿Sabes que escogí?. —preguntó en voz baja y cuando iba a responder ella lo hizo sola —Te escogí sobre todo y todos Dominic y ¿Que ganó? ¡Qué al hombre que le propuse matrimonio me cambie por unos estúpidos papeles y unos cuántos inversionistas!. —dijo gritando de nuevo.

Pase mi mano por mi cara desesperadamente y dejando que mi mano tirando del puente de mi nariz dije:

—No pretendía que nadie viniera hoy. —empecé — Hice varias reservaciones con algunos accionistas importantes para la empresa. —la tomé de la mano cuando vi que su intención era irse de la oficina sin oír mi explicación —No llevamos ni media hora comprometidos y ya tenemos nuestra primera pelea. —susurre divertido cerca de sus labios —Déjame compensarlo, hoy tú y yo. —pegue su espalda a la puerta y mi pecho rozandose con el suyo —En mi casa. —terminé tirando del lóbulo de su oreja.
—¿Porqué mejor no dices que no habrá cena y nos iremos directo al postre?. —dijo con picardía —Mi número de celular es del que te he marcado hoy, avísame una hora antes. —volvió a caminar hacía la silla de dónde sacó una bolsa y la colgó de su antebrazo —Extrañame mucho, amor. —dijo burlesca y se alejó de mí, pero nuevamente la detuve.
—¿Dónde te quedarás?. —le pregunté, ella frunció su ceño y mordió la esquina de su labio inferior y después dijo:
—Almorzando con los chicos,  tenemos una reservación en un importante restau..
—Eso ya lo sé tonta. —rodé los ojos —Acabas de decirme prácticamente que no tienes dónde quedarte así que ¿Dónde te quedarás?. —volví a preguntar al momento que tomaba un papel y anotaba en él la dirección de mi casa, después se lo tendí a ella —Mi casa, tú casa. Nuestra casa. —dije entregandole las llaves —Puedes hacer y deshacer lo que quieras, si llegas a pedir un taxi, hazle saber a Arthur el portero él lo pagará, después nos ponemos de acuerdo. —terminé besando su frente para luego verla partir de mi oficina junto a mis amigos y familiares.

Algunos de ellos me miraron enojados y yo sólo atine a levantar los hombros y otros simplemente me ignoraron, como yo a ellos.

Ahora sólo importanba terminar mi jornada laboral y llegar a casa para ver y tocar a Nirvana como su madre la trago al mundo.

(......)

—Buenas noches Arthur. —saludé al portero del ático dónde vivo.
—Señor James. —salió detrás de su escritorio —La señorita Nirvana subió hace horas y no ha bajado. Llegó en taxi y ella misma lo pagó me informó de todo. —dijo eficazmente, como él solía ser.
—¿No ha salido dijiste?. —pregunté confundido, él asintió —¿Pidió algún alimento, comida?. —volví a preguntar y él sonrió.
—Llegó con una maleta y bolsas del mercado que yo mismo ayudé a subir, dijo que cómo era usted tendría la alacena vacía y así fue. —sonrió nuevamente —Una gran mujer señor James. —asentí de acuerdo con él y después de intercambiar algunas palabras me despedí y subí a mi apartamento.

Subí hasta el piso veinte—piso único para un apartamento—y abrí la puerta con la llamé que Arthur me había proporcionado.

En cuanto abrí la puerta, un olor que no se hacía presente desde la muerte de mi madre inundó mis fosas nasales. La despensa estaba totalmente llena, al igual que el refrigerador y un frutero que seguramente compró ella.

Caminé hasta la habitación y él silencio sepulcral me seguía el paso, y llegando a la habitación observé la imagen que quería ver todos los jodidos días de mi vida después de un largo día de trabajo.

En la cama boca abajo, con una toalla alrededor de su cuerpo se encontraba Nirvana. Se encontraba abrazando mi almohada y de vez en cuando suspiraba. Afloje la corborta y después la tiré por algún lado de la habitación sin hacer ruido me dirigí a mi armario para sacar la ropa con la que dormía y en el transcurso me desvetí y cuando me acosté a su lado la oí decir adormilada:

—Tardaste mucho.
—Lo sé, ahora vuelve a dormir —le dije acariciando su cuero cabelludo para que durmiera más rápido —Te amo.
Sentí su sonrisa en mi pecho —Yo también Te amo.

Ven ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora