PASADO
Me tapé la boca bostezando sin poder evitarlo.
-¿Aburrida? –Negué con la cabeza rápidamente sintiendo mis mejillas encenderse.
-Pues yo sí. –Dijo por lo bajo Joselyn jugando con la pajita de su vaso. –¿Para que venir a una cata de vinos si la única que bebes eres tú?
-Más respeto, hija. –Miranda Beaumont-Gauter miró a su hija severamente antes de darle un sorbo a su copa.
Joselyn no sé equivocaba en ello.
Su madre se había empeñado a arrastrarnos a ambas a un congreso de cata de vino, pero sin embargo, se había negado en rotundo a que nosotras tomáramos otra cosa que no fuera zumo de uva.
Sí, como escucháis, como si fuéramos niñas de cinco años.
-Vayamos a dar una vuelta por los viñedos.
-Joselyn...
-¡Buscanos al terminar, madre! – Joselyn tiró de mi mano para que la siguiera hacia la salida de aquel salón haciendo caso omiso a su madre.
-¿No crees que se enfadará?
-Me da igual. ¡No podía seguir estando allí dentro más! Esto es un muermo total. –Reí antes de que nos dirigieramos hacia otro salón repleto de gente también, pero aquí cada uno iba más por libre.
Mi cuñada no tardó nada en entablar conversación con un chico que enseguida nos invitó a sentarnos a su mesa.
Al menos también nos había invitado a una bebida.
Yo no estaba muy por la labor de escuchar lo que el chico sentado a mi lado tenía que contar, pero hacia como que lo oía. Hasta que en una de sus preguntas Joselyn fue la que respondió por mí.
-Somos cuñadas. ¡Leanne está casada con mi hermano!
-¿Casada? –Ambos me miraron sorprendidos mientras que yo me encogía de hombros mostrando mis anillos de compromiso y alianza.
-¿Pero como vas a estar casada? Si aparentas dieciséis...
-Tengo diecinueve. –Corregí cruzándome de brazos. –Y si de verdad aparentara dieciséis, vosotros estaríais cometiendo un delito por dejarme beber alcohol.
-Leanne... –Me regañó mi cuñada aunque no quisiera parecer que lo hacía. –No seas así con los chicos...
¿Desde cuándo habíamos cambiado los roles y ella hacía de adulta en vez de ser yo como hacíamos siempre? Porque sí, a pesar de que ella fuera mayor por unos pocos años, normalmente yo solía ser la madura de las dos.
-¿Qué te hizo llegar hasta ahí?
-¿Perdón? –Pregunté saliendo de mis pensamientos.
-¿Por qué casarse tan pronto cuando tienes toda la vida por delante? –Dejé de observar al chico para mirar a Joselyn.
¿De verdad tenía que aguantar todo esto?
-¿Y por qué no hacerlo cuando puedo compartir esa vida con la persona que quiero? Es lo mismo.
-No opino igual.
-Nadie te ha pedido opinión.
-¡Leanne! –Se quejó mi cuñada mientras que yo me ponía de pie queriendo salir de allí. –¡Leanne!
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Moneda De Cambio
Romance-Tus padres me habían dicho que eras muy reservada, pero nunca imaginé que tanto... -¿Y qué más te contaron? -¿Qué? -Eso no se lo esperaba. -Qué que más te contaron. Porque conociéndolos, se habrán inventado unas cuantas más cosas lejos de la rea...