PASADO
Mis ojos no se apartaron ni un segundo de la lápida frente a mí.
¿Cómo podíamos estar un día aquí y al otro no?
Sabía que era ley de vida, pero eso no justificaba que tuviera que doler menos.
Las gotas que caían del cielo golpeaban mi piel furiosa camuflando mis lágrimas.
El día se había levantado completamente gris. Era como si el cielo estuviera llorando también su perdida.
-Leanne... –Dejé de notar el agua contra mi cuerpo al estar protegida por un paraguas. –Creo que ya es suficiente, amor...
-Nunca lo es... –Susurré desviando la mirada hasta sus ojos. –¿Por qué ella?
-Porque ya era su momento de partir, cariño. Por desgracia, nunca sabremos cuando llegará nuestro último día de vida.
-Duele...
-Claro que duele. –Su brazo libre me atrajo hasta su cuerpo sin importarle que yo estuviera empapada de pies a cabeza. –Eloise no era solo una persona imprescindible para ti, repartía luz y alegría allá por donde pasaba.
-E-era la única que me quería... – Murmuré girándome nuevamente hacia la lápida, donde el cuerpo de mi abuela descansaba en paz bajo nuestros pies.
-Y lo seguirá haciendo allá donde esté, que no te quepa la menor duda de ello. –Me abracé a su cintura con fuerza volviendo a llorar en silencio.
Una nunca estaba preparada para dar el último adiós.
Sí, sabía que en algún momento mi abuela me dejaría, pero nunca imaginé que fuera tan pronto.
Le había quedado pendiente ayudarme con mi futuro bebé, conocerlo y darme esos consejos que me harían falta para poder sobrellevar la maternidad.
Le había quedado pendiente reconciliarse de corazón con su hijo. Papá había ido al hospital a despedirse de ella, pero ya no fue lo mismo.
-Ya es hora de volver a casa, Leanne.
-U-un poco más...
-El tiempo se está poniendo peor y vas a enfermarte.
Por muchas ganas que tenía de quedarme allí sabía que él tenía razón. Siempre la tenía.
Me agaché junto a la fría piedra tocándola a modo de despedida.
Adiós, abuela. Espero que allá donde vayas sigas estando a mi lado y te sientas orgullosa de mí.
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Moneda De Cambio
Romantizm-Tus padres me habían dicho que eras muy reservada, pero nunca imaginé que tanto... -¿Y qué más te contaron? -¿Qué? -Eso no se lo esperaba. -Qué que más te contaron. Porque conociéndolos, se habrán inventado unas cuantas más cosas lejos de la rea...
