Capítulo 23

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Madelyn

Dejé el boceto de un diseño ya terminado a un lado, sacando otro papel para trabajar con otra idea que tenía en la cabeza. Tenía tantas cosas por hacer, sobre todo cuando Jacob se comunicó conmigo esta mañana pidiéndome que tenga preparado lo que iba a presentar en el evento para la reunión del día siguiente. 

Había decidido trabajar en esto mucho antes de que ocurriera lo del almuerzo, quizá el hecho de que este evento estuviera vinculado con los Miller lo hacía algo tedioso; sin embargo, debía de separar todo lo relacionado a los problemas de mi alrededor con lo laboral.

Tracé varias líneas del atuendo sobre el figurín, me fascinaba como iba quedando, y disfrutaba de hacerlo. Aun me faltaba uno más por terminar y al parecer me quedaría trabajando toda la noche. La fecha límite era para la otra semana, sin embargo, ellos sugerían mantener todo ordenado y bajo control, por lo que decidieron estudiar el progreso de todos los que presentarán sus diseños.

Observé el reloj de la oficina; indicando la una a.m. Estiré los brazos mientras soltaba un bostezo. Revisé la taza de café y esta se encontraba vacía, por lo que me predispuse a ir a preparar más para poder aguantar unas horas y terminar los detalles que restaban. Recosté la espalda sobre el borde de la mesa, esperando a que esté listo; pero los ligeros golpes de la puerta de entrada resonaron, pese a estar el cartel de «cerrado». Quizá haya sido sólo el viento, o eso creí hasta volver a escuchar el mismo sonido.

Moví la cabeza una y otra vez, sirviendo el café ya hecho. El sonido cesó, y la inquietud desapareció por un instante hasta que vi como las luces del salón principal de la boutique se encontraban prendidas. «Maldición, olvidé apagarlas», pensé. No obstante, ¿quién vendría aquí durante estas horas?, salvo que sea alguien de mis amigos.

Saqué la mitad de mi cabeza por el costado de la pared para lograr visualizar la entrada, y al ver que alguien estaba allí, volví a esconderme. Intenté alejarme de aquel sitio para volver a mi oficina sin ser vista, pero mi celular comenzó a sonar. ¡No, no, no!, ¿por qué debía de ser ahora? Saqué del bolsillo de mi pantalón para cortar la llamada y al ver su nombre creo que él sería mi salvación en este momento, sobre todo si el sujeto de afuera se trataba de uno de los grupos de asaltantes.

ㅡDarren. ㅡMi voz fue de lo más cautelosa posible, evitando siquiera que él hablase primeroㅡ. No te lo vas a creer, pero aún estoy en mi trabajo y hay alguien afuera.

¿En serio?

ㅡSí.

¿Debería de echarlo? ㅡinquirió a través de la llamada, en lo que yo afirmé varias veces, logrando escuchar su casta risa. ¿Qué es lo que le resultaba gracioso?ㅡ. Tu escondite no es tan seguro como lo piensas.

ㅡ¿Qué? ㅡMe senté sobre el suelo, dudosa. Miré a un costado como la sombra de mi cuerpo se proyectaba hacia el salónㅡ. ¿Cómo sabes que no es seguro?

Volví la cabeza hacia la puerta, viendo como alguien que me resultaba familiar estaba moviendo la mano en saludo. «Me las va a pagar», bramé. No dudé en cortar la llamada. Hablar por teléfono era una cosa, pero enfrentarlo no estaba en mis planes, aún más cuando no estuvimos en contacto desde lo ocurrido en el evento por el aniversario de su restaurante.

Mis sentimientos hacia él crecían cada vez que lo recordaba, y aquél momento en el que mencionó todo lo que le preocupaba fue un reflejo claro de lo que estuvo pensando en esos días. Sin embargo, aquello no era una respuesta para saber si él sentía lo mismo que yo. Aún necesitaba procesar todo lo relacionado a esto, en especial cuando sólo estábamos juntos por un plan en específico que faltaba una semana para terminar.

El Sazón de la Moda©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora