Capítulo 36

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Madelyn

La respiración contenida por un largo rato mientras admiraba el bello rostro de Darren a mi lado, junto con una mirada atenta y en espera para escuchar todo lo que se mantenía entre mis pensamientos; aquellos que, día tras días me llevaban en una duda ante mis propias decisiones. El esperar a que el miedo de un futuro llenase todo de mí, sin siquiera saber qué vendría más adelante, terminaba por destruirme de forma despiadada.

¿Temor a qué?, era lo que siempre me preguntaba. Todo se encontraba bien, eso es lo que yo quería pensar; sin embargo, cuando dejé pasar a la desconfianza, hizo que el miedo sea dueño de mí, en donde daba muchas vueltas a los pensamientos sin llegar a ninguna conclusión. Me terminó afectando. La cobardía se apoderó de mí, haciéndome vacilar si era necesario correr el riesgo por un porvenir. Nada de esto tenía sentido, incluso el querer alejar a la persona que tanto quise y querré. Él era todo para mi vida, alguien por quien despertaría con tan sólo escuchar su risa.

¿Iba a cambiar algo si me atrevía a contarle todo lo que no me dejaba tranquila? ¿No huiría? Porque lo menos que iba a querer, era llenarlo de aflicción cuando él había luchado mucho para salir de eso. No quería someterlo a un mismo pasado del cual ambos estuvimos destinados a separarnos. Era así, preferiría mil veces el poder verlo así, antes que se alejase una vez más a ese pesar.

Cuando me atreví a hablar, a lo que me estaba refiriendo era a rechazarlo y soltar nuestras manos. Recibí la agonía de sus ojos, en busca de alguna respuesta en la expresión que traspasaba mi rostro. «Es lo mejor», pensé. Muchas veces creí que podría ser capaz de saber sobrellevar todo por mi cuenta; pero siempre he estado en un error, porque, cuanto más me sometía al pánico emitidos por los pensamientos lúgubres y fríos, todo de mí se absorbía ante ellos.

ㅡMadelyn... ㅡDarren me detuvo cuando apenas me puse de pie en busca de un escape hacia un sendero desconocido. Colocó ambas manos sobre mis mejillas, y aquel contacto hizo que las ganas de llorar aumentasenㅡ. No te cierres a ellos, habla conmigo. Si quieres que sólo esté a tu lado, aquí estoy. Si necesitas un abrazo, estoy dispuesto a dártelo. Te ofrezco todo, pero por favor, no dejes que tus pensamientos se apoderen de ti.

Mordí los labios con la intención de contenerme, en cambio, cuando la primera lágrima bajó de uno de mis ojos, no tardé en llevar la frente contra su pecho para comenzar a sollozar. Darren sólo se mantuvo en silencio, sosteniendo mi cuerpo ante la tristeza que se apoderó del ambiente.

Él llevó los brazos detrás de mí cuerpo, en un abrazo. Esta vez no pude soportarlo. Todo lo que no lloré en su momento, terminó pidiendo un auxilio para escapar. Podré ser la Madelyn que aguanta todo para no preocupar a los demás; pero tarde o temprano iba a colapsar si contenía aquellos sentimientos sin hablar con alguien. Al fin de cuentas, somos seres humanos, y todos teníamos un límite del cual éramos dispuestos a cargar.

Está bien llorar cuando creemos que es necesario, así como está bien sonreír con la mínima cosa que podía sacarnos una sonrisa. Todo estaba bien. Cada emoción era válida sea cual fuese el motivo. Me he contenido con el pasar de los años, incluyendo las palabras de mi padre que en algún momento terminó por cruzar una barrera y afectarme más de la cuenta. Pensé que era alguien especial para él, en cambio, sólo fui alguien inservible que no pudo ayudarlo en nada.

El temor invadiendo mi cuerpo por si algún día Darren pensase lo mismo, que no se alejara porque él lo iba a necesitar, sino por mí, por sostenerlo y llevarlo a un sitio sin salida. ¿Era lo suficientemente buena para su vida?, o, ¿sólo era lo que mi padre me hizo creer?

Los minutos transcurrieron, perdiendo la cuenta del tiempo en el que estuve aferrada con las manos sobre la sudadera y la cabeza pegada a su pecho. No podía parar de oír los latidos de su corazón, tan acelerados a medida que él alcanzaba escuchar uno que otro de mis sollozos. Su única presencia, así como el silencio que me ofrecía era lo que estaba buscando. Alguien que pudiera sostenerme mientras me derrumbaba hasta no poder avanzar, aunque él siguió a mi lado, pese a ello, no se alejó, tan sólo mantuvo la calma, esperando a que pudiera levantar el rostro en su dirección con las mejillas bastantes sonrojadas y la nariz congestionada después de haber llorado.

El Sazón de la Moda©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora