Capítulo 49

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Darren

Cerré la pantalla del ordenador tras culminar la videollamada con Paul el sous-chefs que actualmente estaba a cargo de mi restaurante en Francia, también formaron parte: el chef de partie y algunos de los cocineros. Necesitaba tiempo para ir allá y coordinar respecto a las ideas que ellos tenían para un nuevo plato. Eso, «necesitaba», pero dejar toda la situación que estaba ocurriendo en cuanto a los Miller como si nada y que, sean capaces de realizar de nuevo cualquier amenaza, sea a mí o a la gente de mi entorno, principalmente a Madelyn, no podría tolerarlo siquiera. Debía de poner un fin a esto, dar orden a mi vida y vivir en calma, sin que nadie quisiese entrometerse.

Tantos años desde que ocurrió el accidente de Ian, y aquel pasado aún continuaba a mi lado. Sí, el recordar a mi mejor amigo para mí siempre es importante. Llevarlo en mi corazón como la buena persona que fue, por la sonrisa que transmitió, y el legado que dejó. Sin embargo, había una parte que tergiversaba todo, en eso se incluían las personas que, ahora mismo se encargaban de arruinar cada detalle de mi vida. Él no querría esto. Él iba a necesitar tranquilidad y solucionar todo esto, incluso dar la cara frente a la que alguna vez llamó "mamá", y, eso es lo que iba a hacer por él, iba a ofrecerle la paz que él se merecía.

Cuando escuché algún ruido proveniente de la cocina, no pude evitar reír, porque sabía que ella ya despertó y que rondaba precisamente, en ese sitio de mi casa. Hoy era domingo, y esperaba pasar todo el resto del día con mi novia; pero debía de ir al encuentro que tenía esta tarde con Jacob y Keira. Pasé la mano por mi cara, el simple hecho de acordarme de aquello me ponía de mal humor. No quería verlos. No quería entablar una conversación llena de excusas. Pese a eso, el obtener respuestas, el hacer que ellos den sus declaraciones respecto a esas personas, era bastante necesario para que todo esto culmine de una vez.

Antes de que me pusiera de pie, los pequeños toques contra la puerta de mi oficina, resonaron. Una cabeza se asomó por esta, y se quedó allí. Percibía su duda si podía o no ingresar. Volví a reír cuando sus ojos se encontraron con los míos, e hice un gesto con la mano para que pudiera pasar. En cuanto lo hice, logré visualizar el pijama de seda que aún llevaba puesto. Me di cuenta que, con el pasar de los días, a Madelyn le encantaba pasar tiempo en mi casa, y no me quejaba, claro, para mí, el convivir con ella luego de un día ajetreado era lo bastante acogedor como para refutar.

Extendí la mano desde mi asiento, en su dirección. Finalizó la distancia de nosotros, tomándose el tiempo de sentarse sobre mis piernas. Rodeó los brazos alrededor de mi cuello, haciendo chocar sus labios contra mi mejilla. Se apartó, y se mantuvo fijando sus ojos en los míos. Joder, ese color; aquel verde, se encargaba de acelerar los latidos de mi corazón. Madelyn sonrió, y fue cuando dejé reposar una de mis manos sobre sus muslos, y la otra sobre su cintura.

ㅡTe despertaste temprano para ser domingo.

ㅡTuve una reunión con mis compañeros de trabajo. ㅡComencé a mover de forma lenta el dedo pulgar sobre su muslo. Apenas eran las ocho y media de la mañanaㅡ. Sabes, tenerte aquí, a esta hora, me hace muy bien.

ㅡY eso que quería sorprenderte con un desayuno. ㅡAcunó sus manos en mis mejillasㅡ. Estoy aprendiendo de ti.

ㅡAh. ㅡMandé la cabeza hacia atrás, tras soltar una sonrisa entre dientes. Esta mujer de verdad lograba hacerme reír con todo lo que decíaㅡ. ¿Vas a necesitar mi ayuda?

ㅡNo. Déjame hacerlo esta vez, no eres el único que siempre va a cocinar, aunque seas chef.

ㅡMe gusta cocinar.

ㅡEs más que evidente, amor. ㅡAlgo dentro de mí se revolvió al escucharla decir lo último. Ella me tenía embelesado, en buena manera, me hacía cambiar la perspectiva de lo que alguna vez llegué a pensar: el no merecer el amor de nadie. Sin embargo, Madelyn me demostraba cada día que, alguien estaba dispuesto a ofrecerme aquello, a brindar todo el cariño y el afecto hacia mí. La quería. De verdad lo hacía y, nadie podría hacer que cambiase de opinión en cuanto a esoㅡ. También te debo de sorprender con el desayuno en la cama, ¿qué me dices?

El Sazón de la Moda©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora