Capítulo 41

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Madelyn

El lugar en el que asistía, estaba lleno de gente transmitiendo su emoción y entusiasmo por la competencia de skateboarding que comenzaría en unos minutos. En cuanto había terminado mi trabajo, tuve que coger un taxi y apresurarme en llegar aquí.

Busqué a Darren por algunos rincones, debido a que él se encargó de guardar los lugares, motivo exacto por el cual no fue a buscarme. Esta vez nuestra relación se volvió más fluida, con un comienzo de sinceridad y confianza; aunque, ninguno de los dos continuaba sin atreverse a hablar sobre qué éramos en realidad. Para nada se me hacía molesto, es más, el hecho de saber que cada uno aguardaba con los instantes, siendo la manera correcta en poder conocer la verdadera faceta del otro.

Todos los años que pasaron, de verdad hizo que, tanto Darren como yo pudiéramos enfocarnos en nosotros mismos antes de volver a juntarnos y saber que cada uno pertenecía al otro. Tan compatibles como para rondar por el mundo separados. No dudaría en dejarlo ir, mucho menos cuando sabía que él era necesario en mi vida. Me gustaba más de la cuenta, incluso con sus miedos y alegrías, tan solo se reducía a un hombre por el cual estaba dispuesta a querer luchar en hacer crecer lo que pensamos en algún momento que jamás iba a ser posible.

Parte de su pasado ya estaba conmigo, quedando ligeros trazos para saber lo que sucedió en ese entonces. Sin embargo, ninguna de esas cosas hizo que me alejara de su lado. Estuve con la felicidad de punta a punta cuando me comentó que pudo ser capaz de enfrentar a la señora Smith, a pesar de que su temor se apoderó de él en ese instante, fue valiente en continuar y no quebrarse. Darren cada día luchaba para no dejarse guiar por aquella oscuridad en la que vivió aferrado casi todos los años de su vida, y ahora, aunque se lo veía mejor que antes, aquello no significaba que todo estaba bien para él. Podrían quedar rastros que seguían siendo difíciles para poder escapar.

El simple hecho de que él comience a depositar en mí lo que le estaba costando: miedos, aflicciones y sus más profundos secretos. Todo y cada parte de su vida, eso, ya respondía que estaba dispuesto a confiar. No lo dejaría caer, no esta vez, estando dispuesta a luchar día y noche, así como tenía la certeza de que haría lo mismo por mí.

No pude evitar sonreír como una persona enamorada cuando lo vi a los lejos, mirando el reloj puesto en su muñeca, quizá preocupándose del porqué seguía sin aparecer. Por más que le costase estar en medio de una multitud desconocida, hizo lo posible para acompañarme y ser parte de los logros de mi hermano.

Sacudí la cabeza, tratando de ocultar mi sonrisa y proponerme a caminar e ir hasta él. Sin embargo, no logré ver a la persona que se cruzó frente a mí, hasta que ambas nos dimos el tiempo de observarnos. Una peculiar mujer ㅡbonita y cercana a la edad de Joe al parecerㅡ, que llevaba una gorra puesta, cubriendo parte de su cabello. Sus ojos se abrieron en par en par, y antes de que pudiese hablar, me atreví a decir:

ㅡDisculpame, no fue mi intención ㅡconfesé, asegurándome de que no hubo algún daño de por medio. Ella negó con la cabeza y me mostró una sonrisa de labios cerrados, algo apenada. En cuanto oyó que la estaban llamando, se despidió de mí con un movimiento ligero con la mano, retirándose de allí.

La observé desaparecer de entre las personas, volviendo a posar la cabeza en dirección del hombre que ya me estaba mirando con los brazos cruzados. Me encogí de hombros y reí. Llegué hasta donde se encontraba, depositando un beso sobre su mejilla. Posicionó el brazo alrededor de mi cintura, acercándome así hasta su cuerpo, siendo él esta vez que no tardó en posar sus labios sobre los míos, apartándose de forma rápida debido a los empujones de la gente a nuestro costado. El evento ya inició, dejando más que claro que esto debíamos dejarlo para después.

El Sazón de la Moda©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora