Capítulo 39

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Madelyn

En cuanto salí de la oficina, visualicé a lo lejos a la peculiar mujer, aquella cuyas palabras resonaban por mi cabeza a pesar de los años: «No pagaré por algo que no pudieron hacer». Fue un trabajo para nada, aún más cuando aquel día tuve que interferir en medio del embrollo de unos asaltantes que al final, me hicieron perder el único pedazo de encaje por el cual anticipé día y noche.

No tenía ni idea del porqué volvería aquí, ni tampoco sabía cómo pudo aparecer luego de haber hecho aquel escándalo sólo para nada. No la odiaba, pero en mí se encontraba cierto disgusto hacia su persona. No valía la pena el estar año tras año pensando en algo que no tenía ningún sentido. Si bien, fue molesto durante ese instante, no pudieron faltar las ganas de llorar; en cambio, desde allí sólo quedaba avanzar y aprender a ignorar todo lo malo que rodea tu vida. Habrá días buenos y malos que, después de todo, uno aprende a lidiar con ello.

Acomodé la blusa que llevaba puesta, dando los últimos pasos hasta quedar en su presencia. Ella volteó, mirándome de arriba abajo, sonriendo. Quizá podría creer que no es una falsa, sin embargo, ya nada podía creer de esta señora. Extendió la mano en forma de saludo, por lo que tuve que hacer lo mismo. ¿Qué quería después de estos años?

ㅡSe ve que han remodelado el lugar ㅡDejó caer la mano, mientras analizaba cada sector.

ㅡ¿Puedo ayudarla en algo? ㅡNecesitaba ir al punto y no perder el tiempo. Sin embargo, debía de conservar la calma y separar lo personal de lo laboral. El hecho de dejar interferir cierta molestia cuando no debía era sumamente innecesario.

La señora Smith dejó de observar la tienda, volviendo la vista en mí, borrando la alegría que llevaba en el rostro.

ㅡAunque déjame decirte que algo no cambió.

Sé a qué se refería, más bien, sabía hacia quién iba dirigido aquellas palabras.

ㅡMire, con todo respeto, si ha venido sólo para hacer ese tipo de comentario, ㅡMoví el brazo, señalando la puerta de entradaㅡ, puede retirarse.

Mostró una mueca de desagrado, al tiempo en el que hurgaba con una mano dentro de su cartera. Sacó de éste un sobre de papel, para luego extenderlo hasta donde me encontraba.

ㅡHe visto que eres cercana a Darren Henderson ㅡcomentó. Con cierta inquietud, cogí el material de su mano. Acomodó el bolso que llevaba consigo, manteniendo una expresión neutraㅡ. Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve aquí, y, quizá debería de pedirles disculpas, a ti y a tu equipo por cómo me comporté. Sea tarde o no, voy a devolverte el dinero por el diseño que pedí. Dejé que mi impulsividad e irritación del momento se apoderaran de mí. Tú no tuviste la culpa, muchacha. Por más que me haya comportado de esa manera, espero que de igual manera puedas hacer algo por mí.

Tanto los que trabajaban conmigo como yo, nos quedamos atentos a cada palabra que emitía. Reponer algo por el cual ya estaba dañado, tal vez no tenía solución; pese a ello, tuve que estudiar su rostro buscando algún indicio de mentira o cierto rastro de sospecha. Pero, en ella sólo había... nada. No denotaba nada, siendo complicado así poder descifrar lo que la señora Smith quería mostrar.

ㅡLo que te di es para Darren ㅡcontinuó, indicando con el mentón cuyo objeto que ya permanecía entre mis manosㅡ. No tengo alguna cercanía con los Henderson, en cambio tú, al saber que eres cercana a ellos, y por supuesto no me interesa qué relación tenéis, pero me fuiste una opción más sencilla para poder hacerle llegar eso.

Miré lo que llevaba en mis manos. Tan solo esperaba que no sea algo que lo afecte, él ya tuvo suficiente como para lidiar alguna situación que salga fuera de sus manos. Le dirigí un ligero asentimiento. Tuve la idea de rechazar aquella petición; de la misma forma en la que pensé en no darle esto a Darren. Al fin y al cabo, estaba mal ocultárselo, siendo lo más probable que no tuviera idea de quién se trataba la señora Smith.

El Sazón de la Moda©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora