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Capítulo 55



By Lilith



Mientras lo veía, las lágrimas no paraban de recorrer mis mejillas. Me dolía todo el cuerpo, no sólo por mis costillas rotas sino también por la manera tan bestia en la que estaban pegándole. El suelo estaba bañado de su sangre, al igual que la paredes y las manos de aquel monstruo. Quería correr hacia él pero nadie me veía, no sabían que estaba allí en un rincón de la habitación oscura impregnada de la sangre de Tom.


La puerta se abrió de golpe y... ¿Qué hacía yo a allí? Yo estaba ahí, agarrada por uno de los hombres de Markus, con todo el cuerpo manchado de sangre y un montón de mantas en las manos. Esos trapos comenzaron a moverse y a llorar. ¡Era un bebé! ¡¿André?!


-La hemos encontrado, señor, y viene con un regalito.- La Lilith que estaba viendo apretaba contra su cuerpo al bebé mientras mantenía la mirada fija en Tom. Éste abrió los ojos muchísimo cuando la vio en la puerta. Quiso ponerse de pie pero cayó de bruces contra el suelo.


-Vaya, por fin te encontramos.- Markus dejó de patear a Tom y se vino hacia mí, o bueno, a la Lilith que estaba viendo.- Os habéis escondido muy bien.- Esa Lilith hizo un movimiento rápido con la mano que no me dio tiempo a ver pero que hizo que el hombre que la agarraba por detrás, cayese al suelo... muerto.- Veo que Thomas te ha enseñado muy bien.- Sonrió cínicamente a la vez que acariciaba su cara.


-Suéltalo, me tienes a mí.- Cuando Markus fue a tocar al bebé Tom se puso entre esa Lilith y Markus. Respiraba agitado y con los ojos rojos como el fuego.


-Elige, ¿Thomas o el bebé?- Ella apretó más al bebé, que no paraba de llorar y Tom se puso recto pese al dolor que reflejaba su cara.


-Entonces mátame a mí porque no pienso elegir entre ninguno de los dos.- Markus volvió a sonreír hasta que su cara se llenó de sangre. Ella lo miró confusa y el bebé dejó de llorar por unos segundo.


Tom cayó de rodillas al suelo, escupiendo sangre por la boca. Una estaca atravesaba su corazón de un lado a otro. Tanto la Lilith que estaba tras él como yo nos tapamos la boca incapaces de soltar un grito ahogado.


-¡Tom!- Conseguí chillar y correr hacia él. Me arrodillé frente a él y lo miré a sus ojos miel. No me veía, era inútil, nadie podía verme.- ¡Tom!- Mis manos atravesaban su cuerpo, como si fuera un fantasma.- No... No me dejes.- Balbuceé pero Tom desapareció.- ¡Tom!- Mi otra yo me imitó y cayó de rodillas aún con el bebé entre sus brazos. Ahora ambas estábamos en la misma postura, una frente a otra y dejando que millones de lágrimas llorasen la pérdida de Tom. El bebé se unió a nosotras y comenzó a llorar de manera estridente.


-Tom...- Dijo ella en un susurro y atrajo más a ella ese montón de mantas que no paraban de moverse.- Los malos siempre mueren al final de la película.- Se levantó tambaleándose y clavó sus ojos en los de Markus.


Había depositado con cuidado el bebé en el suelo, junto a mí, y caminó hacia Markus. Sus ojos demostraban el monstruo que era y sus colmillos, los míos, fueron mostrados a Markus. Verme así era realmente aterrador. Sí, estaba asustada de mí misma, más de lo que algún día pude estarlo de Tom...

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