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Capítulo 57



By Lilith



¿Quién era esa que estaba en el espejo? Su pelo era realmente largo y anaranjado. Sus ojos color miel brillaban con fuerza, haciendo que ese color resaltase más si cabía. La piel de esa chica era blanca como la nieve mucho más cuando las ramas de los árboles del exterior dejaban que los rayos del Sol entrasen por la ventana. Cuando bajé la vista hasta sus piernas, hice un recorrido por todo su cuerpo. No era muy alta pero sus curvas estaban bastante definidas, mostrando unas caderas de infarto y unos pechos no demasiado grandes, acordes a su figura. El camisón negro que llevaba apenas tapaba sus muslos, dejando al descubierto una piel fina y sensible... ¿Cuándo me había convertido yo en esa?


-¿Aún sigues así?- Miré el reflejo de Tom en el espejo, detrás de mí. Ambos cruzábamos miradas a través de ese trozo de cristal, nada más que viendo las reacciones del otro.


-No... No sé quién es.- Señalé mi reflejo ante la mirada atónita de mi hermano.


-¿Te has vuelto loca o algo por el estilo?- Me miraba interrogante y a la vez divertido.


-¿Es por el embarazo?- Bajé la mirada hacia la tripa de aquella chica. No había muestras que reflejasen su estado. Su vientre era tan plano que incluso el camisón le quedaba ancho.


-No.- Me volví por primera vez para dejar de verme y centrar toda mi atención en el Adonis que tenía detrás con simplemente una toalla puesta alrededor de la cintura.- Has estado alimentándote mejor estos días, sobre todo de mi sangre.- Cierto. La noche anterior me había bebido casi toda su sangre, dejándole sólo lo necesario para que pudiera moverse hasta la cama y dormir hasta hacía unos minutos.


-La necesitaba.- Tom casi me había dejado sin nada cuando me mordió él. No estaba segura de por qué lo había hecho pero mi cuerpo había reaccionado de manera extraña cuando empecé a marearme.- Lo siento.- Él bajó la vista hacia mi vientre pero la subió enseguida, como si le atemorizase. La reacción de Tom cuando me tocó la barriga anoche me dejó perpleja. Había retirado la mano como si se quemase.


-Soy yo quien lo siente.- ¡Vaya, una disculpa de Tom! Se acercó a mí y pasó sus dedos por la cicatriz ya casi inexistente de mi cuello, donde la noche anterior habían estado sus afilados colmillos.- Había pensado seguir lo de la bañera en la cama pero como no me dejaste continuar...- Puse mis manos en su torso desnudo, sintiendo su piel caliente por el agua de la ducha en contraste con el frío de mi piel.


-Tengo muchas preguntas.- Deslicé mis dedos hasta sus abdominales marcados que se contrajeron cuando me detuve.


-Pregunta.- Sus manos se posaron sobre las mías, acariciándome lentamente con los pulgares.


-No estoy segura de si tú sabrás las respuestas.- Retiró sus manos y con ellas las mías. ¿Le habría ofendido?- Es sobre el embarazo.- Me miró durante un par de segundos y tras una mueca extraña, se volvió, dándome la espalda y empezando a vestirse.- ¿Qué síntomas puedo tener? Hasta ahora no he sentido nada, ni siquiera al bebé.- ¡Oh, Dios! El aura oscura había vuelto. ¿Qué había dicho ahora? Respiré hondo e intenté acercarme a él. Necesitaba espantar el miedo que mi cuerpo había empezado a sentir. Tenía que ser fuerte, no podía temer al hombre/monstruo/líder/hermano/vinculado con el que pasaría toda la eternidad.- Tom...- Acerqué mi mano a él, pero la apartó de un manotazo.- ¿Por qué has hecho eso?- Se volvió como una fiera, con los ojos rojos y con sus colmillos amenazándome.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora