capt 39

105 13 0
                                    

Capítulo 39

Capítulo 39

“Y su cabeza rebotó en el suelo dejando su cuerpo inmóvil sobre el césped humedecido de la noche anterior. Aquella rama había quebrado bajo sus pies haciéndola perder la conciencia o simplemente habiéndola matado. Esperé un minuto, dos minutos, tres minutos... y su cuerpo seguía sin moverse del suelo. Podría haber corrido a ver qué le pasaba a mi pequeña y por qué no se movía. Ese hubiese sido el camino fácil, pero de qué serviría. Él ya estaba allí velando por que sus ojos castaños volvieran a ver la luz del sol. Los suyos se clavaron en los míos que lo miraban como siempre desde la ventana de la cocina. Sólo abrió la boca para enseñarme el monstruo que era. Y se fue. Dos segundos antes de que Elizabeth abriese los ojos y me mirara sonriendo.”

                                                                            Luca Guilltone, 

Recuerdo de una vida oscura.

By Lilith

La sábana se posó lentamente sobre mis hombros después de que la cama se moviese ligeramente aunque apenas pudiera sentirla. De repente, el sonido de la puerta al abrirse me sacó de la nube en la que seguía flotando. Se iba, se iba creyendo que seguía dormida e inconscientemente sonreí ante la situación. ¿Enserio pensaba que podría dormir?

Abrí los ojos lentamente y me estiré en la cama. Mi habitación estaba a oscuras aunque se podía ver algo por los leves rayos de sol que entraban por la rendija entre las cortinas. Un pequeño detalle que se le había pasado por alto si pretendía que yo descansara un poco después de lo de anoche.

-Yo...- Me tapó la boca con su mano mientras seguía entretenido en mi cuello como otras muchas veces. Me hacía enloquecer con cada beso o caricia. No sabía si podría soportarlo durante mucho tiempo.

-No hables.- Quitó su mano y dejó de besar mi cuello para tumbarse a mi lado en la cama.- Olvídate de todo.- Respiraba agitado.- Sólo... olvídalo.- Palabras que se quedaban grabadas en mi cabeza pero que ahora, en este preciso instante, no podía analizar.- ¿Tienes miedo ahora?

-No.- Le contemplaba por el rabillo del ojo. Tenía una mano puesta sobre su cabeza y los ojos cerrados.- No si estás conmigo.- Estaba roja. Lo sabía por el calor que se había empezado a formar en mi cara.

-Bien...

¿Cómo iba a estar mal después de ese tan esperado abrazo? Me había sentido tan protegida y fuerte entre los brazos de Tom... No recordaba en qué momento exacto acabamos en mi habitación ni cuándo empezamos a besarnos. Pero sólo eso, besos. No había habido nada más ni ninguno teníamos la intención de continuar y sobrepasar el límite.

Tom se levantó de la cama colocándose bien la ropa. El pánico me empezó a invadir en cuanto lo vi dirigirse a la puerta. Salté de la cama, más bien volé para impedir que Tom saliera y se volviera alejar.

-¡No!- Me abracé a él, esta vez, sin obtener respuesta de su parte.- No te vayas.- Le supliqué. Lo apreté más contra mi cuerpo pero Tom parecía no reaccionar ante mis plegarias.

-¿Por qué quieres que me quede? Ya estás bien.- Escuchaba sus palabras resonar en su pecho y luego en mi cabeza.

-Volveré a estar mal si te vas.- ¿Dónde quedó esa promesa de no demostrale a Tom que lo necesitaba? Se había ido junto con lo poco de orgullo que me quedaba cuando pronuncié esa frase. Tom tendría que tener dibujada en su cara esa sonrisa que ponía cuando las cosas salían tal y como él quería.- ¿Te quedarás?- Su pecho se infló cogiendo aire.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora