capt 73

53 10 0
                                    

Capítulo 73



Me llevé la mano al cuello casi instintivamente. Dolía pero sabía que desaparecería pronto. Abrí los ojos con cuidado por la luz, pero a diferencia de otras veces, no había un solo rayo que me hiciese cerrarlos de nuevo. ¿Era aún de noche? No, era la habitación de Tom. Las cortinas seguían echadas y la lámpara apagada. El cuarto estaba oscuro, casi tanto como su alma.


Estiré el brazo y ahí estaba, su piel fría como el hielo provocándome escalofríos como otras tantas veces. Estaba dormido o muerto, o quizás ambas pero no podía distinguirlo tan fácilmente. Tom era ese tipo de personas que cuando duermen parecen otro ser completamente distinto. Pues bien, Tom cuando estaba así era el hermano que creí desaparecido, mi Tommy,... Sin embargo, cuando despertaba, se convertía en una bestia.


Apenas podía recordar con claridad qué pasó después de que Tom me mordiera. Suponía que me había desmayado. ¿Cómo había sido capaz de llegar a ese punto? ¿Y si era verdad que Tom estaba enfermo? Por mucho que intentase comprender qué le había llevado a beber mi sangre como si llevase años sin beber nada, no podía hacerlo. Yo había estado llorando como una magdalena delante de él, Tom sabía que algo no iba bien pero aun así, no le importó para saciarse como si nada.


Millones de dudas asaltaron mi cabeza de pronto. No sabía si realmente podía confiar en Tom o creer a Jan y a la doctora Bichmann como parecía que habían hecho todos... Incluso Bill. Su actitud de ayer era tan diferente a como se comportaba conmigo que me hizo sospechar de él pese a que sabía que era una tontería desconfiar de mi querido Bill, ¿verdad?


Me moví un poco y me acurruqué en el pecho desnudo de Tom. Me hubiese gustado sentir los latidos de su corazón como una vez me pareció escuchar pero no oía nada, ni siquiera algo que me dijese que continuaba vivo. O eso creía...


Su mano se movió hasta mi cabeza y comenzó a acariciar mi pelo como hacía de pequeño. Eso me relajaba, me sentía protegida pero sabía que esas sensaciones eran mayores para él. Tom había estado tan solo durante su infancia que tener a alguien cerca le parecía extraño, razón por la cual su comportamiento era tan agresivo. Debía de ser duro que con la tierna edad de cinco años, cualquiera que se acercase a ti fuese para pegarte por haber hecho algo mal.


El corazón se me encogió de sólo pensarlo y Tom pareció darse cuenta.


-¿Qué pasa?- Preguntó con la voz ronca de recién levantado.


-Me gustaría estar dentro de tu cabeza aunque sólo fuese un par de segundos.- Contesté mientras las incesantes caricias recorrían mi pelo.


-No podrías soportarlo.- Contestó. Lo peor era que sabía que tenia razón. Si sólo pudiese arrancar todo el dolor que llevaba sobre sus hombros, sentiría que era útil de algún modo para él.


-Voy a protegerte.- Declaré, alzando mi cabeza para alcanzar sus ojos.- No dejaré que nadie te haga daño de nuevo.- Él sonrió, una sonrisa triste que rompía mi corazón en mil pedazos.


-Prefiero que te protejas a ti primero.- Su mano se posó en mi mejilla y la acarició con el pulgar mientras sus ojos penetraban en mi alma.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora