capt 34

168 12 0
                                    

Capítulo 34

Capítulo 34

By Lilith

Otra caricia y me volvería loca por completo. Sus manos tocaban mi piel como si temiera romperme como siempre hacía, pero esta vez era distinto, incluso lo había visto sonreír hasta antes de sumergirme en un mar de sensaciones. Cada roce de sus dedos por mi barriga me producía cosquillas a la misma vez que calor, ese calor que llevaba sintiendo una semana y que no desaparecía sino que aumentaba cuando lo tenía cerca.

Su lengua empezó a subir desde mi tobillo hasta arriba lentamente mientras que su dueño no me quitaba el ojo de encima viendo como me deshacía en gemidos de placer. Pensar que lo que estábamos haciendo nos llevaría directos al infierno no me importaba demasiado. Habíamos pecado una y otra vez y otra y otra y otra y otra... ninguno de los dos tenía intención de parar.

La vida de un vampiro ya era un infierno y con él a mi lado, ese infierno se convertía en el mejor de los cielos. Este mundo ya era un infierno en el que mi hermano era el líder, el diablo que regía sobre todas y cada una de las personas que vivían aquí.

-¿Te gusta?- Su voz salió de la nada. Suspiraba agitado pero no era nada comparado conmigo. Tom parecía no querer demostrar lo excitado que estaba hasta que llegase el momento oportuno.

-¿En... enserio ten... tengo que... contestarte?- No me salía las palabras o simplemente no quería hablar. Deseaba estar en silencio donde lo único que pudiera romperlo fuera nuestros gemidos. Si hablaba no podía concentrarme en él.

-No, no hace falta.- Rió ¡Rió! Y quise despertarme de mi estado de embriaguez sexual y ver esa esperada sonrisa en su rostro pero su cuerpo se dejó caer sobre el mío y se me hizo imposible moverme.- Ya no te da miedo estar en las garras de un monstruo, ¿verdad?- Me miraba con los ojos azules alterados por la excitación. ¿Cómo concentrarse en su palabras cuando no dejaba de mover el piercing de su labio?

-No hables.- Acaricié sus trenzas y les metí un tirón hasta poner ese tentador piercing cerca de mi boca.- Házmelo, Tommy, no puedo más.- Sonrió orgulloso. Había conseguido volverme absolutamente loca por cada movimiento, palabra o respiración suya.

Su boca se apoderó de la mía con movimientos salvajes y húmedos. Nuestro cuerpos se movían al unísono de nuestro gemidos mientras el mundo iba desapareciendo poco a poco de nuestro alrededor. Sólo estábamos él y yo, cuerpo a cuerpo, en una batalla en la que ambos competíamos por hacer disfrutar al otro.

-Des... pier... ta.- Sus labios sobre mi cuello articulaban una palabra que no tenía sentido.- Li... lith, vamos.- ¿Qué le pasaba?- ¡Lilith!

De repente me encontraba con la cara de Bill pegada a la mía mostrándome sus perfectos dientes. No me había dado cuenta pero mi cara estaba bañada en sudor y a mis pulmones parecía faltarles el aire. Cuando por fin recobré conciencia de dónde estaba, un nerviosismo patético tomó posesión de mi cuerpo. Mi cuarto, mi cama, mis sábanas... Bill.

-¡Buenos días!- Su abrazo dificultó más aún mis intentos de respirar.- He venido a ayudarte a recoger tus cosas para mudarte a... ¡mi casa!- Abrió los brazos como si fuese un presentador de televisión cuando un concursante ganaba un premio.

-No es sólo tu casa.- Me destapé un poco y vi como mi pijama se había quedado completamente pegado a mi cuerpo por el sudor. Volví a taparme antes de que Bill se percatara pero como siempre, subestimar a Bill respecto a su suspicacia, era cosa de tontos.

-¿Estabas soñando?- Levantó una ceja interrogante. Obviamente, no podía decirle que había estado soñando con... esto... Tom, y mucho menos decirle que era un sueño un poco “subidito” de tono.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora