Capítulo 21
Capítulo 21
By Tom
03:45 A.M
-¡Sí, sí, sí!... ¡Dios mío!... ¡No pares, no pares...!- Esta zorra llevaba dos horas gritando y aún no se le había acababa la voz. Ya se debería de haber quedado afónica.
Desde que llegué al Vamperland a las dos de la mañana, lo primero que hice fue buscarme a alguna para follar. Lo necesitaba después de un día cargado de peleas con Bill y con mi madre. Al parecer a Simone no le había sentado bien que la matase. ¿Pero a qué coño estaban esperando?
-¡Me voy! ¡ME VOY!- Era el orgasmo número trece que tenía, y yo, seguía necesitando más.
Su cuerpo cayó al suelo con las bragas por los tobillos. No me había costado trabajo conseguirla. Estaba colocada hasta las cejas de alguna mierda que vendían por aquí. Claramente el motivo por el cuál había aguantado tanto sin caer inconsciente. Ya no tenía energías para seguir sujetándose a mí. Su corazón latía muy débil por la sobredosis o por que le quedaba poco de vida. Podría haber bebido hasta la última gota de su sangre pero no lo hice. No porque no tuviera ganas sino por no levantar sospechas. Las cosas no estaban ahora para andarse con juegos.
Me subí lo pantalones y salí del baño de las chicas bajo la atenta mirada de unas cuantas que habían allí. Me las hubiera follado a todas, lo necesitaba, pero había quedado con Bill y él odiaba que llegasen tarde.
Me perdí entre la gente que bailaba distraída. Los latidos de los corazones se mezclaban con la música. La mejor melodía que un monstruo puede percibir. Los humanos venían al Vamperland como si fuera otra discoteca para simples mortales pero la realidad no era esa. A partir de las tres de la madrugada las puertas se cerraban y comenzaba el derramamiento de sangre. Del techo empezaba a caer sangre mezclada con absenta. Los humanos pensaban que no era sangre de verdad, que sólo era una imitación o algún preparado. Estúpidos ignorantes...
Cogí el coche tras salir de allí. El ruido del motor hizo que me despertase por completo. Las luces de la ciudad pasaban como estrellas fugaces por los cristales de mi Cadillac.
Necesitaba más, más sangre, más sexo... más de todo. Una sensación extraña me oprimía el pecho y no me dejaba respirar. Esa opresión era llamado por Bill, remordimientos. ¿Remordimientos? Otro sentimiento que yo nunca sentiría. Un monstruo no sentía, simplemente se movía por impulsos y por instintos. Mi instinto, ahora, me ordenaba matar. Los vampiros se estaban levantando de su sumiso letargo y era por mi culpa. No viviríamos más cegados por la luz del Sol, no perderíamos fuerza con la luz porque la oscuridad se estaba haciendo dueña de todos como hacía siglos en los que los mortales nos temían. Los vampiros no saldríamos a luz pero nuestros poderes se multiplicarían y era gracias a ella, el eslabón perdido, la primera y la última Sangre Pura, la razón por la que nuestros poderes perdieran fuerza, era porque faltaba ella. Nunca debió nacer y yo me encargaría de eso.
Bajé del coche. Un golpe seco se escuchó a mi lado, era Bill. Había estado subido a un árbol esperándome. No le gustaba entrar solo en el palacio donde habíamos pasado toda nuestra vida. Mi padre estaba allí...
-Llegas tarde.- Estaba enfadado por lo de antes. No le debería de haber dicho que ojalá se hubiera muerto aquel día. Pero lo hecho hecho estaba.
-Tenía cosas que hacer.- Le di al botón para cerrar las puertas del Cadillac. El garaje se iluminó por completo.
-Te has pasado con mamá.- ¿Eso era lo que le preocupaba? ¿Que le hubiera hablado mal a ella? Típico de Bill. En el fondo le jodía cada una de las cosas que yo decía y hacía. Sobretodo desde que la maté. Todos se habían enterado y a ninguno les había gustado. “Es demasiado pronto” “No estaba preparada” y polladas de ese tipo era lo que me había repetido mi madre. Sólo había contado con el apoyo de mi padre. Él había tenido todo planeado desde el principio. Cuando me dijo que ya era hora que me convirtiese en un hombre y para ello, tenía que convertir a una humana. Me dijo quién era mi victima pero él sabía que no era sólo una humana sino algo más.- Ella nos quiere.- Caminábamos por el sendero que nos llevaría hasta la puerta principal. Los jardines de rosas estaban a ambos lados pero la rosa más bella ya no estaba entre ellas.- Si lo hizo fue para protegernos. ¿Por qué no dejas de culparla? ¿Por qué no dejas de decirle esas cosas que le hacen tanto daño? Cuando éramos pequeños me decías que odiabas ver a mamá llorar y ahora, eres tú el causante de todas esas lágrimas. Cuando ella despareció también lo hizo mi hermano. Ya no sé quién eres, Tom.
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vinculo de sangre
Romantikmi nombre es ELIZABETH, bueno ese era mi nombre o al menos eso me hicieron creer, mi nombre verdadero es LILITH, LILITH KAULITZ, y soy vampira, nací vampira pero mi madre me convirtió en humana y me dio en adopción, hasta que en un accidente muriero...