capt 14

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Capítulo 14

Capítulo 14

Aunque estuviéramos a principios de verano, de noche se podía sentir aún el frío. Las calles del centro de Hamburgo estaban llenas de gente comprando, cenando o simplemente dando una vuelta.

El mundo a mi paso parecía detenerse. Me sentía tan poderosa caminando entre tanta gente. La noche hacia que me sintiera así, lo había empezado a notar desde que se puso el sol.

El camino se me estaba haciendo más largo que la última vez. Ni siquiera sabía si se encontraría en su casa pero tenía que intentarlo. Desde lo que pasó la otra noche no podía dejar de sentirme mal conmigo misma.

El edificio de pisos donde vivía Adam se levantaba ante mí. La luz estaba encendida por lo que me alegré bastante. Tenía miedo por como reaccionase pero tenía que ir allí y pedirle perdón por todo. Lo había utilizado para mi propio beneficio y eso era lo más rastrero que había hecho nunca.

Empecé a subir escaleras hasta pararme delante de su puerta. Por un momento pensé en irme y mandarle un mensaje cuando estuviera en casa pero tenía que ser valiente. Apreté el timbre que resonó en toda la casa.

Tardé en escuchar los pasos acercarse a la puerta. Ésta se abrió dejándome ver a Adam con los ojos muy abiertos. Apenas llevaba unos bóxer puestos y una toalla alrededor del cuello.

-¿Qué haces aquí?- No estaba enfadado ni tampoco feliz sino sorprendido, como si hubiera visto un fantasma.

-Necesitaba verte.- Las mejillas me empezaron a arder cuando las imágenes de lo que pasó aquella noche empezaron a cruzar mi cabeza.- ¿Estabas ocupado?

-No, no. Pasa.- Se echó a un lado para que pudiera entrar.

La casa estaba un poco desordenada. Con cajas por todos lados. Me venían todos lo recuerdos de lo que pasó. La carrera hasta su habitación, la terraza, su cama...

-¿Quieres tomar algo?

-No, gracias.- Adam se toqueteaba la cabeza nervioso. Oía su corazón latir a una velocidad increíble. Una de las otras cosas que podía sentir al convertirme en esto.

-Perdona el desastre. Estaba arreglando algunas cosas y...bueno...Siéntate.- Quitó unas cuantas cajas que había en el sofá.

-Gracias pero yo he venido a hablar contigo, Adam.- Me senté y le hice un gesto para que se sentara a mi lado.

-Dime.- Se sentó muy lejos de mí como si me tuviera miedo.

-Quería pedirte perdón por lo de la otra noche. Yo me siento tan mal conmigo misma por todo.

-Yo soy el que debería pedirte perdón.- Se pasó una mano por la frente. Le daría un infarto como siguiera tan nervioso.

-Tú no tienes que pedirme perdón. Fui yo la...

-¡No! Yo sabía lo que eras y no te lo dije. Estuve un año ocultándotelo. Desde el primer momento en que te vi supe lo que eras y lo peor no es eso sino que aproveché que la otra noche estabas débil para hacer lo que llevaba deseando hacer desde que te conocí.- Su confesión me dejó sin palabras. Adam sabía lo que era desde el principio y no me había dicho nada.

-Si sabías lo que era debes entender por qué me acosté contigo.

-Sí. Sabía lo que habías planeado hacer. Notaba como poco a poco te debilitabas y lo que tenías que hacer para recuperarte.- Se sentó más cerca de mí y obligó a que le mirase.- ¿No te das cuenta, Elizabeth? Mis amigos no me habían dejado plantado, lo hice para que tuvieras la oportunidad de salvarte. Jamás me hubiera perdonado, que estando en mis manos, desaparecieras de mi vida. La idea de perderte me aterrorizaba cada minuto.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora