capt 29

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Capítulo 29

Capítulo 29

By Tom

-¡Corre o llegaremos tarde, Tom!- Bill corría muy rápido y yo no podía seguirlo a esa velocidad. Todo el mundo se metía con él porque estaba muy delgado pero nadie sabía, excepto yo, que tenía una fuerza mayor a la mía.

-¡Bill, espérame!- Llegamos hasta el salón de fiestas donde ya estaba todo el mundo reunido. Todos con trajes elegantes y joyas carísimas. Bill y yo destacábamos por ir diferentes. Él con su ropa tan extraña y yo con mis pantalones anchos favoritos y a los que mi padre odiaba.

Todo la élite de nuestra especie estaba reunida para celebrar el 200 cumpleaños de Lilith; el Parlamento, el Consejo y algunos empresarios ricos que siempre le hacían la pelota a mi padre y alababan la belleza de mi madre a los cuatro vientos.

El enorme salón donde celebrábamos todas las fiestas estaba perfectamente decorado con velas aromáticas y sangre 0- para todos menos para los niños y a mí, aún me incluían en esa categoría. Muchas mujeres hablaban con mi madre de lo mucho que se parecía Lilith a ella y de lo guapa que sería cuando creciera. Lo cierto era que Lilith tenía la personalidad de Bill, la belleza de mi madre y el lado oscuro de mi padre. De mí no tenía nada afortunadamente y era eso lo que la hacía perfecta, que no se parecía en nada a mí.

La buscaba con la mirada mientras Bill intentaba quitarle al señor Freud unos cigarros. Aunque tuviésemos el aspecto de unos niños de seis años, nuestra edad mental como la verdadera era de mucho más.

No la veía y eso que debería de estar aquí porque era su cumpleaños. Me estaba empezando a desesperar. Yo había sido el único de toda la familia que no la había felicitado y me sentía mal por ello. Sólo esperaba que le gustase mi regalo...

De repente, un olor conocido llegó hasta mí, un olor que a pesar de estar rodeado de sangre, yo pude apreciarlo perfectamente a diferencia de todos. Bill también se había dado cuenta, lo supe en el momento que me miró con los ojos abiertos y con cuatro cigarros en la mano.

Corrí hasta salir de allí y adentrarme en los pasadizos secretos de la casa para llegar hasta el lugar donde mis abuelos descansaban desde hacía cien años en un ataúd bajo el suelo y fuertemente custodiado por los guardianes. Si mi nariz no me engañaba, Lilith estaba ahí. Le encantaban los sitios cerrados y oscuros donde sólo pudiera estar ella y nadie más.

Las puertas de hierro se abrieron ante mí y allí la vi. Estaba tirada en el suelo, justo encima de donde estaba enterrada mi abuela, encogida y llorando. No se percató de mi presencia hasta que me puse de cuclillas junto a ella. Sus ojos estaban cerrados dejando escapar las malditas lágrimas que yo odiaba que salieran de sus ojos aunque así la notase débil y vulnerable, no me gustaba verla llorar. Su pelo rubio estaba esparcido por el suelo formando ondas brillantes y sedosas. Llevaba el vestido blanco que le había comprado mamá para este día, tan blanco que me dolían los ojos cuando lo miraba. Lo más raro fue ver el vestido machado de su sangre.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora