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Capítulo 58



By Lilith



Me desperté entre sus fuertes brazos y su mano helada en mi barriga. Había estado así desde anoche, sin haberse movido ni un centímetro de su posición como solía hacer siempre. Me parecía increíble que pudiese permanecer toda la noche quieto y que no se hubiese despertado pese al jaleo que tenía Jake montado abajo.


La conversación que habíamos mantenido aquella noche nos había servido a ambos para darnos cuenta de esta situación que estábamos atravesando. Íbamos a tener un bebé, una niña que llevaría mi sangre y la de Tom, que sería perseguida por esos monstruos y adorada por los de mi especie, pero lo peor era que Tom estaba aterrado. Sí, por primera vez en mi vida había visto a mi hermano dudar de todos y cada uno de sus pasos, sus palabras e incluso su manera de actuar. Esta vez me tocaba ser a mí la fuerte en todo esto, dejar atrás mis miedos y proteger a las dos personas más importantes para mí.


Posé mi mano sobre la de Tom aún en mi vientre. Sentía una paz enorme inundando la habitación, como si estuviésemos en otro mundo aparte. Si nuestros corazones latiesen, estaba segura que lo harían al mismo ritmo. Nunca me había sentido tan cerca de mi hermano como en este momento.


Me levanté con cuidado de no despertarlo. Sabía lo sensible que el oído de Tom era y lo escandalosa que podía ser yo. Verlo así era una de las imágenes más escalofriantes pese a su tranquilidad. Otras veces, cuando había estado en esta misma situación, Tom no había estado dormido sino preparado para atacarme de un momento a otro.


Bajé las escaleras, dejando que mis pies descalzos sintieran el frío mármol del suelo. El de la casa de Tom también era de este material, tan frío que hacía que me recorrieran escalofríos por todo el cuerpo. Necesitaríamos poner algo para que el bebé no lo sintiera cuando empezara a andar... Sonreí ante tan estúpida idea. Días atrás ni siquiera pensaba en ese ser que habitaba en mi interior como un bebé sino como un error garrafal al que tenía que buscarle una solución.


-¡Lilith!- Cintia apareció ante mí con un zumo de naranja en la mano... Olía muy bien y no era el zumo precisamente.- Toma, es muy bueno para las náuseas mañaneras y los mareos, además que tiene muchas vitaminas para ti y el bebé.- Sonrió y me lo dio tras una largo discurso sobre lo beneficiosa que podía ser esta fruta.


-Gracias pero no te tendrías que haberte molestado.- Terminé de bajar aquella enorme escalera y me senté en la mesa del jardín trasero donde estaba la piscina, junto a Cinthia.


-Me alegro de que las cosas con Tom vayan mejor.- Dijo en voz baja mientras cogía al pequeño André para darle el pecho.- Creo que ese bebé tendrá a unos padres maravillosos.- Me llevé la mano intuitivamente hacia mi barriga. Ahí estaba, transmitiendo ese paz que había conseguido amansar a la más salvaje de las bestias.- Cuando lo tengas en tus brazos por primera vez, entenderás lo que se le puede querer.- No hacía falta tenerlo en mis brazos, ya lo quería, tanto que sería capaz de arriesgar mi vida por salvar la suya.


-Pensaba que me habías hecho un zumo a mí también.- Tom apareció en las enormes puertas correderas de cristal que daban acceso a la piscina. Su mirada se dirigió a mí, clavando sus hermosos ojos en los míos y en mi mano sobre mi vientre.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora