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Capítulo 60



By Lilith



Abrí los ojos lentamente cuando una débil luz me cegó. Volví a cerrarlos, incapaz de mantenerme despierta más de un segundo. Noté como alguien acariciaba mi cabeza con suma delicadeza y entonces su olor llegó a mí. Su esencia era algo que me hacía estar como en una nube, fuera de peligro, alejada de todo mal.


-Cariño...- Volví a abrir los ojos, intentando enfocar su rostro en mi retina. Su débil sonrisa y sus ojos rojos me demostraban que había estado llorando y que la preocupación aún seguía presente.- ¿Cómo te encuentras?- Intenté decir algo pero era incapaz de mover mis labios.- Tranquila, no necesitas decir nada.- Me dio un beso en la frente y entonces me percaté de dónde esta como aquella vez cuando me desperté tras el accidente.


-Ma... Mamá.- Conseguí decir con mucho esfuerzo. ¿Por qué estaba aquí? Después de todo lo que le había dicho la última vez, ella seguía a mi lado. ¿Era eso ser una madre? Un momento... Llevé mis manos con dificultad hasta mi vientre pero mi madre las detuvo antes de llegar.- ¿Está bien?- Las imágenes de lo sucedido empezaron a bombardear mi cabeza. La abuela, Adam, sangre, Tom, sangre,...- ¡¿Mamá, cómo está?!- No fui consciente del tremendo grito que pegué, con el miedo instaurado en el cuerpo y con lágrimas brotando de golpe.


-Cariño, creo que es mejor que Tom hable contigo de esto.- Tom... No, no, no, me negaba a volver a verlo. No quería, no podía volver a mirarle a la cara después de lo que me dijo Adam. Recordaba absolutamente todo, incluso las palabras que me susurró cuando clavó esa estaca en mi vientre.


-No quiero volver a Tom así que dime cómo está mi monstru... mi bebé.- Ella esquivó mi mirada durante un par de segundos y volvió a clavar sus ojos en mí.- Por favor...- Le supliqué entre lágrimas.


-¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada?- Ella comenzó a llorar desesperadamente, tanto que se tapó la cara con las manos.- Yo... yo te podría haber ayudado, yo hubiese podido protegerte, a ti y al bebé.- Dio un grito de dolor con el cual me quedé paralizada. ¿Se había ido? ¿Mi pequeño monstruito había muerto?


Mis ojos volaron hacia la puerta en cuanto noté su presencia. Estaba apoyado en la columna sin inmutarse ante los gritos de su madre y mis lágrimas. Su rostro era frío, sin expresión, oscuro que hacía tiempo no había visto,... pero no me daba miedo. Esta vez, más que nunca, la rabia, la ira y el odio recorrían cada centímetro de mi cuerpo.


-Sal de aquí.- Mi madre se levantó como si fuese un robot antes las palabras de Tom y salió sin ni siquiera mirarme.- ¿Cómo estás?- Su tranquilidad me enrabietaba.


-¿Está muerto, verdad?- Llevé mi mano a mi vientre, sin sentir un ápice de su presencia en mí.- ¿Dime, Tom, lo has hecho queriendo como la última vez?- Su rostro no se inmutó ni un poco pero esta vez estaba dispuesta a plantarle cara.


-Creo que esa pregunta deberías de hacértela a ti misma.- Notaba como el ambiente se tensaba cada vez más, como Tom se estaba preparando para soltar toda su furia sobre mí pero ahora ya no tenía excusas.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora