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Capítulo 56



By Tom



-Estás embarazada.- Sus ojos se abrieron de par en par y palideció al instante. Su sonrisa divertida había desaparecido y ahora sus labios se movían temblorosos.


-Lo... Lo siento.- De un momento a otro, era un mar de lágrimas que no me dejaba ver porque se había tapado la cara.- Yo... Yo debería de... de haber parado ayer.- ¿Debería de acercarme?- Perdóname.- No sabía qué hacer en estos momentos, esa era una de los efectos que Lilith tenía sobre mí. Nunca sabía que hacer frente a ella.


-Los dos deberíamos de haber parado.- ¿Valdría eso para que dejara de llorar?- Será mejor que no salga de esta habitación.- Dejó de llorar y quitó las manos de su rostro. Tenía los ojos hinchados y rojos, que me miraban incrédulos.


-¿Estás enfadado?- ¿Qué? ¡¿Pero cómo podía ser tan...?!


-Sí.- Le di la espalda dispuesto a salir de esta habitación pero su mano temblorosa agarró mi camiseta.- Mucho, así que suéltame.- Se debatía entre si hacerme caso o no. Creía que le había dejado claro que era peligroso pero ella como siempre se acercaba demasiado al peligro. Había estado a punto de matarla hacía unos minutos y aun así me había dicho que confiaba en mí. Quizá estuviese ella más loca que yo...- Quita la mano, Lilith.- Sentí como deshizo el agarre ante mi amenaza no dicha.


-No te vayas.- Agarré el pomo de la puerta y la abrí, deseando salir de aquí. No podía escucharla ni mirarla... Ni siquiera era capaz de sentirla.- Por favor.- Cerré con fuerza cuando salí de allí, quedándome en la puerta y escuchando sus lágrimas resbalar por su piel.



[...]



-¿Entonces, se lo has dicho?- Bill estaba muy emocionado. Cuando se lo conté en el pasillo del hospital no paró de dar saltos de alegría. Creía que incluso lo había visto llorar...


-Sí.- Le di otra calada al cigarro y me dejé llevar por las figuras que dibujaba en el aire el humo.


-¿Y cómo se lo ha tomado?- ¿Cómo se lo había tomado? Ni idea. No sabía si estaba feliz, triste, desconcertada...


-Me ha pedido perdón.- Bill dio un grito al otro lado del teléfono, desconcertado y enfadado al mismo tiempo.


-¡¿Por qué?! ¡¿Qué le has dicho, Tom?!- Gritó desesperado.


-¿Por qué le he tenido que decir algo?- Odiaba que me echara las culpas de todo sin saber nada de lo que había sucedido.


-¡Porque siempre la cagas!- Y como siempre, mi hermano tenía razón. Ella no tenía la culpa de nada, fui yo el que no se pudo contener. Incluso se me había pasado decirle que no fue ayer cuando se quedó embarazada sino antes, cuando... hicimos el amor.- Tom, en estos momentos es cuando debes de estar con ella. Lilith no sabe qué hacer, cómo actuar y mucho menos cómo comportarse ante esta situación. No la puedes dejar sola, no está preparada para esto. No sabemos como su cuerpo va a reaccionar.- Mierda. Lilith no era como el resto de Sangres Pura, era distinta a todas ellas. Ni siquiera se enteró la otra vez que estuvo embarazada, cuando la atravesé con esa estaca, matando al monstruo que llevaba dentro. Un monstruo que había estado allí antes del Vínculo, señal de nuestro pecado. Si Lilith se enterara de eso, posiblemente me odiaría, me pegaría o me mataría.

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