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Capítulo 74

By Lilith

Lo sentía, haciéndose fuerte por momentos. Estaba asustada, tanto que llevaba días sin salir de mi habitación aunque por lo visto, a nadie le había importado. Era mejor que estuviese aquí encerrada a estar dando vueltas por la casa donde la muerte me esperaba en cada esquina. Era consciente de que cualquiera podía sentirlo si me tocaba, es más, con sólo estar cerca. Tenía miedo de que Tom se enterase. No estaba segura de qué podría pasar ni mucho menos de su reacción así que lo mejor era mantenerlo en secreto, al menos hasta que se empezase a notar.

Angela me había ayudado mucho, pero Lila era la que venía a visitarme con frecuencia. Se ponía nerviosa siempre que estábamos a solas pero era muy simpática y divertida. Me había contado que las Sacerdotisas de Lilith era un clan que vivía al servicio de la diosa. Eran como monjas para los cristianos, dedicadas a rezar y a promulgar la palabra de aquel dios al que le rendían culto. Sin embargo, ellas sí podían mantener relaciones sexuales, sólo el día después a la Luna Llena ya que según una profecía escrita en la Biblia de los Vampiros, el cuerpo de una mujer se purificaba de todo mal.

Respiré hondo y me tumbé en la cama, tenía que descansar y beber bastante sangre. Casi todo lo que comía lo acababa vomitando enseguida aunque sabía que tenía que hacerlo por ese minúsculo ser.

Por mucho que lo pensaba, no quería recordarlo. Eva pronto daría a luz y Tom se encargaría de ese bebé como su padre que era. ¿Qué pasaría con mi bebé? ¿Se haría cargo también de él? No me interesaba que fuese el heredero, simplemente que fuese feliz junto con un padre y una madre.

Mi móvil sonó en la mesita de noche después de semanas sin emitir ningún sonido.

Ven a mi habitación.

Era un mensaje de Tom. Sonaba frío y podía ser que enfadado también, llevaba días sin ir a verlo porque temía que se diese cuenta de mi embarazo. Casi podía escucharlo decir las palabras del mensaje, con sus ojos rojos y su mandíbula apretada.

Me puse un vestido y salí despacio de mi habitación. Tenía que pensar qué iba a decirle, no podía dejar que me tocase y mucho menos que me mordiese. Si se enteraba no sabría cómo reaccionaría, este no era el mejor momento para tener un bebé, al menos no yo.

Me planté delante de la puerta. Hoy no había tantos vigilantes como otras veces por lo que supuse que las cosas se habían calmado de momento. No dudé y entré en la habitación. La ventana estaba abierta por primera vez en mucho tiempo, el cuarto parecía más ordenado y no había rastro de pastillas o vasos de sangre sin tomar en ningún sitio.

-Tom...- Lo llamé. Miraba por la ventana mientras se fumaba un cigarrillo.- ¿Me has llamado?- Él se dio la vuelta y me miró. Sus ojos miel brillaban por la luz que entraba por la ventana.

-Sí.- Caminó hacía mí en un abrir y cerrar de ojos. Apoyó sus brazos a ambos lados de mi cabeza, como si quisiera que no pudiese escapar.- ¿Dónde has estado?- Parecía tranquilo aunque sabía que no lo estaba.

-Me he encontrado indispuesta estos días, lo siento.- Entrecerró sus ojos, estaba buscando una muestra en mí que le indicara que mentía y esperaba que no la encontrase.

-Te necesitaba.- Alargué mi cuello y lo besé. No podía contener un beso, todo estaba a salvo mientras que Tom no tocase mi barriga.- Un beso no soluciona nada.- Dijo con una sonrisa que se esforzaba por esconder.

-Quizá dos...- Me acerqué y lo besé de nuevo. Lo amaba, amaba a este ser tan perturbado, así con su miraba fría, su corazón congelado y sus cambios de humor... Lo amaba.

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