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Capítulo 70



By Lilith



Los tacones hacía tiempo que habían desaparecido de mis pies. Realmente, no recordaba cuándo se perdieron aunque tampoco me importaba. Corría y corría sin parar de su mano. Tiraba de mí con fuerza a la vez que apretaba mi mano como si temiera que me escapase.


Salíamos por la puerta de atrás de la residencia de verano en Burdeos de los Kaulitz cuando vimos uno de los coches en los que iba a menudo Tom, negro y con los cristales tintados. Georg abrió una de las puertas de atrás mientras Gustav se metía en el asiento del piloto.


-Entra.- Me dijo Tom antes de desaparecer por el otro lado del coche. Hice lo que me ordenó y Georg cerró la puerta a la vez que mi hermano entraba por el otro lado, con la respiración agitada y sin ni siquiera mirarme.- Arranca, Gustav.- le ordenó y el coche no tardó en ponerse en marcha una vez que Georg entró.


En cuanto éste arrancó Tom pareció relajarse. Lo observé por el rabillo del ojo, incapaz de creerme lo que estaba viviendo. ¡Estábamos juntos! Sonreí al ver cómo dejaba caer la cabeza hacia atrás y cerraba los ojos, cansado o tal vez superado por toda esta situación. ¡¿Estaba pasando esto de verdad?!


De repente, una pantalla metálica y totalmente negra se interpuso entre los guardaespaldas y nosotros. Me tensé en el asiento cuando quedamos totalmente alejados de ellos. Volvíamos a estar solos y la tensión era más que notable aunque no era incómoda como otras veces sino algo así como... extraña.


-Yo...- Conseguí decir pero él me detuvo. Abrió los ojos y me miró, clavándolos en los míos.


-Cállate.- Volvía a sentir ese nudo en la garganta y ese pellizco en mi barriga.- Si lo que vas a decir no es que quieres seguir con esto no digas nada.- Volvió a reposar su cabeza en el asiento mientras yo observaba mi vestido de novia blanco, cuyo escote estaba manchado de sangre, de mi sangre.


-¿Por qué has hecho esto?- Me atreví a preguntarle.


-¿El qué?- Dijo de lo más relajado.


-¿Huir conmigo?- Le aclaré sintiendo como el nudo de mi garganta se acentuaba y los ojos me escocían.


-Pensaba que te había quedado claro.- Lo miré con los ojos aguados y él hizo el mismo gesto. Su rostro se contrajo al verme así aunque se esforzase por disimularlo.- No soporto verte con otro tío, de sólo pensar que te toca, te... - Cogió aire.- Eres mía, Lilith, y no me gusta que toquen mis cosas.


-¿Sólo por eso?- Le pregunté, desafiándolo.


-En estos cinco años me he dado cuenta de que fue una auténtica tontería el haberte dejado ir.- Me miró y mi corazón dio un vuelco.- Quizás Bill tenía razón.- Dijo en voz baja.


-¿Razón en qué?- Se volvió a mirar por la ventana.


vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora