Capítulo 12
Capítulo 12
Mi habitación era un auténtico desastre. Había ropa, zapatos, maquillaje y accesorios por todos lados. Desde que me había levantado allá por las ocho de la mañana, no había parado de pensar en que me iba a poner para esta noche. Me estaba desesperando y terminaría por volverme loca. Quería estar guapa y atractiva pero sin parecer una prostituta. ¿Desde cuándo elegir ropa era tan complicado?
Esta mañana me había levantado más animada. Tenía una meta y eso me motivaba para seguir adelante aunque la culpa me reconcomiera. Me sentía mal por tener que engañar a Adam pero tan poco sería tan malo para él, iba a tener sexo.
Los golpes de la puerta me sobresaltaron. Andar hasta donde se encontraba la puerta era una tarea difícil. Intentaba no pisar la ropa esparcida por el suelo pero al cabo de un rato, desistí en la idea.
-¿Señorita Elizabeth?- Abrí la puerta y vi a Dorotha con el carro de las sábanas y las toallas justo delante de la puerta.
-Buenos días , Dorotha. ¿Qué querías?- Sus ojos se abrieron a más no poder cunado vio el desorden de mi habitación.
-Pues...venía a avisarle que el desayuno ya está servido.- Cogió de nuevo el carro que llevaba las sábanas y toallas para entrar en mi habitación.
Normalmente, cuando bajábamos a desayunar, Dorotha, Kathia y unas cuantas chicas más se encargaban de hacer las camas, los baños y limpiar toda la casa. Mientas que todas las semanas, venía unos cocineros de cada parte del mundo para hacernos la comida, lo que suponía que cada día comíamos platos típicos de un país distinto. También había varios jardineros encargados de las plantas y del césped que rodeaba la casa y otros que se encargaban de los coches, las motos y aunque parezca mentira, también de la bici de Andreas.
-Gracias por avisar, Dorotha. ¡Ah!, no hace falta que ordenes la habitación estoy haciendo limpieza de armario.- Vale, era mentira pero no le iba a contar que estaba eligiendo ropa para esta noche porque me iba a tirar a mi mejor amigo porque si no me moría. No teníamos tanta confianza...
Mientras bajaba las escaleras, podía escuchar las voces de todos en el comedor. Me aterraba que se hablara del tema de mi muerte y lo que tenía que hacer. Nadie sabía aún que iba a perder mi virginidad esta noche. Simone tan sólo sabía que saldría hoy con Adam con el que ella estaba acostumbrada que fuese a la biblioteca. Prefería que nadie se enterara de mi decisión hasta que no hubiese pasado todo.
Cuando bajé, todos estaban sentados en la mesa desayunando tranquilamente. Todos menos Tom. Para variar, no estaba en el desayuno y como era costumbre, tampoco estaría en la comida. El no verle me decepcionó bastante. Debería de saber que hoy no lo vería y probablemente mañana sólo en la cena pero quería verle y contarle lo que iba a hacer. No me llevaba bien con él pero estaba en su derecho de saber que no iba a morir. Aunque conociendo lo "bien" que le caía Adam, preferiría que lo hiciese con un perro.
-Buenos días, cielo.- Simone me saludó mostrándose encantadora y dulce como siempre.
-Buenos días.- Me senté en mi silla y observé la comida que estaba puesta sobre ella. Croissants, queso, macarons, crepes, gofres... ¡Comida francesa! Creo que mis ojos se iluminaron al ver esas cosas.
-Espero que te guste el desayuno.- Andreas sonrió y me guiñó de manera cómplice.
-¡Vaya! No me lo esperaba.- Cogí un croissant y enseguida vino Alfred a llenarme la taza de café y con un zumo de naranja recién exprimido en la mano, como todas las mañanas.
-Es que si te lo esperases no sería una sorpresa.- Mara habló con un tono despectivo. No entendía por qué desde ayer se comportaba de esa manera conmigo. Había cambiado más en un día que en todo un año.
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vinculo de sangre
Romancemi nombre es ELIZABETH, bueno ese era mi nombre o al menos eso me hicieron creer, mi nombre verdadero es LILITH, LILITH KAULITZ, y soy vampira, nací vampira pero mi madre me convirtió en humana y me dio en adopción, hasta que en un accidente muriero...