capt 23

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Capítulo 23

Capítulo 23

By Lilith

No había expresión en su cara, ni siquiera la necesidad de seguir con vida. Sus ojos estaban cerrados quería pensar que soñando. Su tez cada vez era más pálida e incluso yo era capaz de oír los débiles latidos de su corazón. Su alma se iba escapando por cada suave y pausada respiración que salía de su boca. Un aparato enchufado a la red eléctrica lo mantenía con vida mientras él luchaba por quedarse.

Me encontraba en la misma posición que cuando entré en su habitación. La escena era de lo más escalofriante y desgarradora. Mis pies se movieron con miedo a lo que pudiera encontrar tras la puerta pero la imagen era peor de lo que me había imaginado. Me quedé quieta al observar su cuerpo casi inerte sobre la camilla, con un respirador artificial y varios sueros clavados en sus brazos. Iba con esperanzas de verlo bien y feliz pero se fueron cuando lo vi.

Pensaba que no era lo suficientemente fuerte como para soportar que el Adam que conocía estuviera luchando contra la muerte. El Adam que sonreía a todas hora para animarme, el que siempre decía tonterías para que me riese se iba ante mis ojos. Ahora sólo podía ver a un Adam sin vitalidad y que desconocía.

La puerta se abrió con lentitud y el aroma a una mujer llegó hasta mí. Una enfermera joven se puso a mi lado y lo observó conmigo. Podía percibir como la tristeza también invadía su corazón y como aguantaba las ganas de llorar con toda voluntad.

La enfermera caminó hasta sus goteros y reguló la válvula. No mencionó palabra. En este momento, sobraban todas.

-¿Eres familiar?- Su voz sonó rota pero firme intentando mostrar algo de profesionalidad.

-Soy una amiga.- Mis palabra retumbaron bastante en aquella habitación pintada de blanco. Me sorprendió bastante el hecho de que todavía no hubiera soltado ninguna lágrima.

-Sólo sus amigos vienen a verlo. Al parecer, no tiene familia.- Se equivocaba. Adam tenía a su padre, el que se había olvidado de él cuando su madre se lo trago a Hamburgo.

El silencio nos envolvía y mi cabeza sólo me repetía las mismas preguntas: ¿Vas a enfrentarte al Parlamento por salvarlo? ¿Lo quieres tanto como para hacerlo? El autor de la suerte de Adam me había formulado esas preguntas.

-Tiene padre, creo que vive en Berlín.- Sus ojos se centraron en mí. Pude apreciar al verla un brillo de ilusión. Puede que estuviera feliz por saber que Adam no estaba solo.

-¿Sabes cómo se llama y dónde puedo localizarlo?- Algo de emoción se escapaba entre sus palabras. De pronto, un nerviosismo se apoderó de aquella chica.

-No.

-Mierda.- La oí murmurar por lo bajo. A Adam se le llegaba a querer muy pronto y no me extrañaba lo más mínimo que la chica rubia sintiera algo más.- ¿Puedo saber tu nombre? Supongo que querrás que le diga que has estado aquí cuando se despierte.- ¿Mi nombre? ¿Despertarse? Ambos una mentira. Mi nombre no era mi nombre y Adam ya no se despertaría.

-Elizabeth.- La chica abrió mucho los ojos cuando mencioné mi “nombre”. Pude ver algo de incertidumbre es su rostro y algo parecido a confusión.

-Así que tú eres Elizabeth...- ¿Le habría hablado Adam de mí a ella? Mis ojos volvieron a observarlo. La muerte dormitaba a su lado y en cuanto ésta despertase, se lo llevaría de mi lado para siempre.- Adam sólo repetía tu nombre cuando vino casi...- Paró. No era la palabra adecuada para mencionar en este momento. Mi antiguo nombre había salido de sus labios y yo no había estado a su lado.- Me voy querrás estar a solas con él.- Asentí con la cabeza y tras un tímido adiós por su parte, se fue.

vinculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora