New York & You | FreenBecky

Sorpresa en Roma

Empecé a meter mis manos por debajo de su vestido, para acariciar sus piernas otra vez para pasar a meter mi mano debajo de su ropa interior, ella traía un bonito encaje que yo ya le quería quitar, desde hacía rato, toque sus partes con deseo y ella jadeo, desde que me dijo que quizá nos veíamos a escondidas un tiempo o quizá esto terminara pronto, no quiero perder un segundo más al tenerla entre mis brazos, la tome de la mano y la lleve a la cama conmigo, me metí debajo de su vestido para empezar a besar sus piernas y bajar su ropa interior para verificar que ya estuviera mojada para mi, ella accedió poniendo sus piernas encima de mis hombros con sutileza, no pude resistir y empecé a acceder con mi lengua en su centro sutilmente, buscando acariciar su clítoris con pequeños besos, mojar su centro con mi lengua se estaba volviendo adictivo, levantar mi mirada y mirar sus venas saltando en su cuello mientras disfrutaba era una de las cosas que me excitaba demasiado, ella puso sus dos manos en mi cabello para que continuara con lo que hacia, parecia gustarle y yo lo disfrutaba muchisimo, empece a introducir un dedo mientras lamia su entrada, ella estaba disfrutandolo tanto que me hacia estremecer pero eso no me impedia continuar.

Freen: Ah, Becky.. sigue..-Dijo mi nombre y yo abri los ojos para asimilarlo.

Subí a quitarle el vestido completamente para tener a mi disposición sus bonitos pechos, ella no se resistió y me ayudo levantando sus brazos, quedamos cara a cara y quise que se probara, lleve mi boca a la suya para besarnos y ella tuviera su propio sabor, ella me miro con deseo y siguio besandome sin parar, baje a su cuello y mordí un poco su piel, esta mujer me estaba volviendo completamente loca.

Bese y tomé sus pezones en mi boca para disfrutar de su piel, no había sensación más excitante que sentirla en mi boca y poder sentir que era mía, ella tomaba mi cabeza para que no me separara y continuará, volví a su bonita cara y la mire con mas deseo.

-Me está gustando muchísimo Freen.
-Dije murmurandole a la cara, quedamos frías mirándonos mutuamente a los ojos y en ese momento yo trate de recordar la última vez que estuve enamorada, frene y verifique que no estaba pensando en otra persona que no fuera ella, era cierto, no había ninguna otra persona en mi cabeza que no fuera ella, mi cuerpo y mi mente estaban aquí, solo ella y yo. 

Ella se quedó callada mirándome a la cara me tomo y me atrajo hacia ella de nuevo para darme dulces besos en la boca, yo continué junto con ella y seguí su ritmo, mi mente estaba tan concentrada en hacerla feliz esta noche que no pensaba en absolutamente nada más que en ella y en cómo hacerla llegar, la mire recostada, esto era tan sensual, teníamos tanta química que no la podía explicar.

Yo continué jugando con mi lengua en su boca, ella gemía con suavidad por el roce de nuestras lenguas, ya estábamos jadeando con ganas de tocarnos yo no pude soportar más, la toque, ya estaba tan mojada y con ganas de terminar, así que no la hice esperar más, la cama estaba empapada, yo no pude esperar mas y tenia que terminar lo que había empezado, dirigi mi mano hacia su centro para continuar, ella jadeo y yo seguí haciendo mi trabajo.

Freen: Becky, me encanta como lo haces. -Dijo entre dientes mientras gemía.

Yo continué y empecé a introducir mis dos dedos para que me apretara, entraron tan fácil y ella los atrapó, como su fuera lo que estuviera esperando, empecé a moverlos para que ella disfrutara, llego al orgasmo que tanto deseábamos las dos mientras yo la miraba terminar, le daba besos en el rostro para hacerla sentir segura mientras gemía lentamente de placer, ella abrazaba mi espalda y enterraba levemente sus uñas en mi, los movimientos se hacían cada vez más lentos al pasar los segundos, por fin habíamos terminado y eso ya me había hecho sentir la más afortunada de tenerla.

Terminamos y me miró, puso sus ojos en mí mientras respiramos rápidamente y nuestros alientos chocaban uno con otro, nuestros cabellos se movían y se alborotaban mientras nuestros ojos no se podían despegar.