Capítulo 42

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Capítulo 42

Nunca conocemos por completo a las personas, parte II

Miércoles 15 de abril del 2022

A veces quería morir.

<<Ay, mira que buena frase para empezar el día>>

Recuerdo llegar a ese punto, uno tan feo en la vida, ese en el que lo único que quieres es que tu vida se acabe. Y duele, por supuesto que duele solo saber que siempre eres tú quien desea eso más que nadie.

Había pasado tiempo desde la última vez que había pensado de esa manera. Aun a pesar de lo que había pasado todo ese tiempo, me dolía recordarlo. Lo grande que podía llegar a ser mi caos si me lo proponía.

Me empecé a mover ligeramente, estirando mis manos y los pies. Abrí uno a uno los ojos haciendo el intento de que se acostumbraran a la luz del sol.

—Buenos días —escuché su voz.

Maldije y bendije, no sabiendo que era lo correcto que debía hacer.

—Hola, estrellita —habló de nuevo.

Yo maldiciendo la situación de Abi y ahora me encontraba en la misma.

—Hola...

Se acercó y me dio un beso en el hombro, para luego pegar su cabeza a mí.

—Ya es algo tarde, tenemos que levantarnos —pegó su cabeza hacia mí todavía más —¿Estás bien?

—No lo sé —le dije con sinceridad— es que, no lo sé —solté— Anoche...

—Estaré aquí para ti, así estés confundida. Pero si no nos vamos ahora llegaremos tarde a la rueda de prensa.

<<Y no entregan la copa hasta que estén todos los jugadores>>

—Vamos —dije mientras él se movía para levantarse.

Le observé un momento.... No llevaba nada encima, me dejó admirarle por completo y dios que quería darme otro bofetón.

Ese hombre... Estaba buenísimo. Cada centímetro de su cuerpo se veía apetitoso, provocativo y ardiente. No me podía culpar por haberme desarmado anoche de la manera en la que lo hice, puesto que aquel cuerpo era tentación ante quien fuera, pues impulsaba a que cualquiera que lo viera lo deseara tener con egoísmo.

Había tenido todo eso a mi lado, peor aún, había tenido todo eso para mí y eso no era todo, todo eso era de él.

Era una mierda que habíamos hecho, mi cabeza lo decía una y otra vez. Pero por más que fuera la mierda, había sido lo mejor que me había pasado hasta ese entonces.

Los recuerdos de la noche anterior llegaban a mi mente, mientras escuchaban el sonido de la regadera al abrirse y el del agua al caer.

No tenía idea, pero era yo, la que se había acostado con él, no sabía si empezar a aceptar esa parte o cual primero. Dicen por allí que lo bailado nadie te lo quita. No sabía si creerle, no sabía si era bueno o no que él y yo pasáramos por eso.

Pero no podía negar que me había gustado y demasiado, eso sí; pero no quitaba el hecho de que era él. Todo era confusión adentro de mi cabeza, todo se resumía a no entender ni comprender, nada de nada.

<<Maligno ser planeador de mis días.>>

Benedict O'Brien, tenía el jodido don de transformar cada cosa en un buen recuerdo para mí, eso era algo que podía confirmar.

Lentejas | Secretos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora