Capítulo 15
No tengo nada más por perder
"Dos especies de lágrimas tienen los ojos de la mujer: de verdadero dolor y de despecho."
-Pitágoras
JUEVES 03 DE ABRIL DEL 2022
Me levanté con un enorme ardor y molestia en el cuerpo, apenas abrí los ojos miré con horror hacia mi lado derecho, estos se abrieron de golpe al ver el color carmín pintando mi vista.
Todo, era carmesí.
Me senté de golpe, en cuanto vi la sangre sobre la cama. Parte de la sábana estaba teñida de ese rojo y a mis fosas nasales llegó un leve olor a hierro y a un metal oxidado. Era una cantidad un poco grande.
Se veía mal, de verdad muy mal. No, no era lo normal por lo que me debería de salir sangre, eso tenía meses sin aparecer. La menstruación se había ido hacía muchísimo tiempo.
Con la mirada traté de encontrar de donde provenía la sangre, en cuestión de segundos encontré lo que buscaba. El producto de esa sangre, de mi caos...
Mi hombro izquierdo, había olvidado quitar la venda el día anterior. Era mala durmiendo, no me podía quedar en una sola posición, mis horas de sueño consistían en estar pasando mis pies y manos, cabeza y todo mi cuerpo por toda la cama. Era de las que se recostaba en 17897 posiciones.
Debí haberme movido y como la venda estaba ya bastante pegada al hombro, al despegarse llevó consigo algunas partículas de piel provocando que las cortadas se abrieran.
Con duda bajé mis pies de la cama, temblé un poco al sentir la frialdad del suelo y me dirigí al baño. El dolor era insoportable, lo primero que hice fue con vendas limpias y algo de agua retirar la sangre seca del hombro.
En el espejo del baño podía verme, pasaba delicadamente la venda sobre la piel, pero por más suave que fueran los toques, ardía. El contacto dolía y me hacía sentir como si estuviera en una operación, siendo el paciente y el cirujano a la vez.
¡Siendo el puto paciente y el maldito cirujano a la vez!
Había llegado lejos, no eran cortadas pequeñas esta vez, había sobrepasado incluso mis propios límites y estaba un poco desorientada por la sangre. Conforme la sangre seca fue desapareciendo pude ver bien lo que yo me había hecho.
Eran líneas, pero ahora estaban abiertas, franjas de color rosa, con rojo. Podía ver ese rosa neutro que solo me hacía asociarlo con un poco de carne viva. Sangraban, poco del líquido rojo no dejaba de salir.
ESTÁS LEYENDO
Lentejas | Secretos Eternos
RomanceLentejas: Secretos Eternos. La historia mal contada de una villana. Primer libro de la saga Amar Eternamente. Están prohibidas las copias o adaptaciones. Lucciene Rizzo, una italiana que ama las lentejas y la música. Vive en un tormento interno...