Capítulo 7
La magia en sus hombros
"Las cicatrices que no puedes ver son las que más duelen."
-Michelle Hodkin
Jueves 10 de marzo del 2022
Creía que en el mundo solo existían dos clases de personas. Primero estaban las que vivían para comer y luego las que comían para vivir.
Me frustraba pensar en eso, porque yo no pertenecía a ninguna de esas dos clases. No vivía para comer porque ni siquiera podía recordar la última vez que me había dado un antojo. Tampoco comía para vivir, porque mi cuerpo parecía estar en una contra total a que ingiriera algo.
No me gustaba desayunar, cuando era pequeña Blanca solía obligarme a comer fruta, terminé odiando el desayuno y la fruta.
Sabía que me hacía daño al no comer y que eso solo contribuía a que tuviera un futuro más corto, débil y agrio, todo provocado por mí misma.
¿Por qué no solo pedía ayuda? Ya lo había intentado, pero solo me quedaron unas cuantas cosas en claro, entre ellas la frase que me había dicho la oficial de policía, cuando le rogué entre llanto que me ayudaran a sobrellevar lo que acababa de pasar: A las chicas como tú no les pasan esas cosas, ve a casa y deja de inventar tonterías.
La anorexia no tenía un solo motivo, tenía miles y aunque trataba de no excusarlo, eran demasiados como para contarlos. Tantos fueron los motivos y las pocas ganas que me terminaron volviendo el no comer en costumbre, una que ya ni yo me tomaba el tiempo de dejar.
Si nadie me creía, yo tampoco tenía porqué creerme... en mi cabeza sonaba así de sencillo.
Blanca sabía acerca de lo que había pasado, pero ella estaba de acuerdo con mi padre: nadie debía o podía hacer fuego con las cenizas que habían quedado. En lugar de ayudarme ella se refugió en que ambas actuáramos como si nada hubiera pasado y al menos por su parte, traté de comprenderlo, aunque eso no cambió nada de lo que pasó después.
Aquellas personas a las que acudí luego de cada cosa que me pasó terminaron haciendo lo mismo, ignorándome. Entonces decidí que yo también haría lo mismo, fue así como dieron comienzo muchas cosas que al final me volvieron caos.
🍲🥣🍲🥣🍲🥣🍲🥣
Estaba dando vueltas por la casa en la madrugada mirando las paredes oscuras y la tenue luz que se asomaba por las ventanas, nuevamente el insomnio había ganado y parecía cantar victoria entre los susurros que hacía el aire. El silencio reafirmaba cuan sola me encontraba, no se escuchaban susurros, ronquidos, ni tintineos, solo silencio.
Salí de mi habitación temprano a despedir a Blanca, puesto que ella tenía que hacer los pendientes de mamá y no volvería hasta la tarde. Luego de eso, me negué a ir a la cocina por algún desayuno, aunque mi nana me había recordado que por favor me alimentara antes de ir al instituto, así que luego de unos minutos arrastré los pies hasta la cocina.
Me serví un tazón de cereal con leche y me quedé solo observándolo. No era que no quisiera comer, o eso pensaba. Creía que mi cuerpo no podía realizar la simple acción de levantar la cuchara y llevarme la comida hasta la boca, para luego solo masticar y tragar.
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Lentejas | Secretos Eternos
RomanceLentejas: Secretos Eternos. La historia mal contada de una villana. Primer libro de la saga Amar Eternamente. Están prohibidas las copias o adaptaciones. Lucciene Rizzo, una italiana que ama las lentejas y la música. Vive en un tormento interno...