Capítulo 48
Repleto de Rosas
Miércoles 20 de Julio del 2022
Iba a extrañarlo todo...
Los últimos días de mi tercero de preparatoria me la pasé mirando al cielo, estaba segura de que el cielo de Paris por más hermoso que fuera no sería el mismo.
Fui cientos de veces a comprar bizcochos a la panadería en la que trabajaba Darío, seguramente el pan de Paris tampoco tendría el mismo sabor, por más exquisito que fuera.
Estuve todos los días paseando por la biblioteca, tratando de grabarme cada facción de ese lugar en la mente. Miraba a Paula, buscando memorizar cada uno de sus rizos negros.
Detallé cada rincón del instituto Pureza de Vale, cada pasillo en el que fue agredida, cada lugar en el que lloré pero en los que también sonreí, en cada aula en la que dormí, pero en las que también volví a ser yo misma.
Observé a mi novio, abrazándolo tanto como pudiera, buscando que su fragancia se volviera parte de mi cuerpo. Le tomaba de la mano, tratando de que mi mente grabara ese sentimiento de su piel al contacto con la mía.
Fui por última vez al orfanato, puesto que era la fiesta de cumpleaños de mis nomos Amanda y Marco y sin que ellos lo supieran, también era mi despedida por un buen tiempo.
No podía dejar de mirarlos sonreír, reír y jugar.
—Hola, yo me llamo Darío —dijo el chico saludando al pequeño Marco, quien estaba más que feliz de cumplir años.
—Hola, Darío —soltó el pequeño —gracias por venir.
Lo mínimo que podíamos hacer era estar ahí con ellos.
Nunca encontré la forma de descifrar ese nivel de amor, pero amaba, de verdad amaba a ese par de pequeños, los amaba con todo, pero de verdad todo mi ser.
Les había organizado una fiesta en el orfanato. Estaban todos ahí, entre comida, dulces, regalos y niños corriendo de un lado a otro con globos.
Benedict, Abi, Darío, Fernández, Fiorella, Josh, Amy e incluso Jerry. Hasta Paula, a quien no había visto en mucho tiempo.
Después de todo ese tiempo, Jerry se había hecho amigo de Amy. Eso sí, le obligué a jurarme que esta vez era en serio. Él dijo que por el momento se concentraría en conocerla en verdad.
Por su parte el idiota de Fernández lo único que hacía era molestarme. Le era demasiado imposible no ser un hijo de puta, pero, aun así. A pesar de ello, era nuestro amigo.
Nah, ni mierda, me caía en la punta del hígado.
La verdad era que la fiesta había ido bastante bien, para el tiempo en el que la organizamos.
Estábamos a escasos días de la graduación, quería disfrutar todo el tiempo que pudiera con quienes amaba. Temía a lo que pasaría el día de mi graduación, tenía mucho miedo.
Luego fuimos a casa y al llegar a la sala, me di cuenta de que miles de maletas estaban listas ahí. Estaba lista para finalmente irme a Francia.
Me iría una vez todo se resolviera, en cuanto Cadwell fuera destituido como director, Nancy y Malik estuvieran en la cárcel y no quedara ni un solo secreto que destapar.
Las maletas de Benedict también estaban listas, al final las clases comenzaría la copa juventud, en donde él jugaría con el equipo del estado, ya dejando de ser parte de los Kings of Vale.
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Lentejas | Secretos Eternos
RomanceLentejas: Secretos Eternos. La historia mal contada de una villana. Primer libro de la saga Amar Eternamente. Están prohibidas las copias o adaptaciones. Lucciene Rizzo, una italiana que ama las lentejas y la música. Vive en un tormento interno...