Buscando la base secreta

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Narra ____

El viaje de vuelta a Inazuma se hizo corto ya que Beaumaiden no estaba muy lejos de la ciudad. Solo quedaba una semana para el partido contra Épsilon y yo seguía preocupada por la pierna de Kevin, lo conocía muy bien. A pesar de decir que era una tontería, me intuía que era más grave de lo que aparentaba ser. Una vez que lleguemos tendría que hablar con Kevin seriamente.

Al pasar por la ribera Mark le pidió detener la caravana. Me asomé a la ventana y vi a un chico junto con Thomas Feldt, el capitán del Brain. Thomas nos contó que había estado creando un equipo de apoyo para luchar contra la Academia Alius. Estábamos sorprendidos y agradecidos a la vez de que tantos compañeros se preocupasen.

Luego llegamos al Raimon, estaba todo en obras debido a los destrozos que hizo la Academia Alius. El señor Raimon nos dio la bienvenida animándonos y deseando buena suerte para los próximos partidos.

Mark y yo decidimos ir al hospital a ver cómo se encontraban los chicos. María decidió ir directamente a casa para descansar. La había notado un poco pensativa durante el viaje. Cuando llegamos, los chicos se alegraron mucho al vernos. Todos se estaban recuperando con mucha rapidez y con ganas de jugar la revancha contra la Academia Alius.

Después de la visita, Mark y yo nos dirigimos hacia la Torre Relámpago. Mark comenzó a entrenar un poco con su rueda mientras yo lo observaba. Al rato llegó Silvia quien nos dijo que los demás se encontraban en el campo de la ribera entrenando, así que decidimos ir hacia allí. Al llegar vimos el tiro combinado de Shawn y Kevin, el Remate Guiverno.

-Hola capitán, ____ – saludó Shawn – fijaros en esto. Oye, Kevin, venga. Vamos otra vez. Vaya, ¿ya estás cansado?

-No digas tonterías, cómo voy a estar cansado. Eh chicos, mirad, ya hemos perfeccionado nuestro remate.

No, no, no. Kevin no se encontraba recuperado del todo, lo pude notar por varios gestos que hizo en menos de 3 minutos. Tenía que hablar con él, aunque conociéndolo me ignoraría y le quitaría importancia. Pero tenía que intentarlo.

-Oye Kevin, ¿de verdad que tu pierna está bien?

-Eh, sí, sí. Claro que sí, observa nuestro tiro y verás que no tengo ningún problema con la pierna.

-Bueno – dije muy poco convencida y empezamos a jugar todos. Vi cómo Celia, María y Scotty bajaban por las escaleras de la ribera.

-¡Vamos Kevin, tenemos que hacerlo perfecto!

-¡Sí! – le di un pase a Kevin para que pudieran tirar a puerta con el Remate guiverno. Sin embargo, al chutar, Kevin cayó al suelo quejándose del dolor. Lo sacamos del campo y se sentó en el banco.

-Pero Kevin, ¿por qué? – preguntó Mark preocupado.

-Venga chicos, no arméis tanto jaleo por nada – respondió intentando levantarse.

-No hagas más locuras – hablé.

-¿Qué locura ni qué locura? – se levantó a duras penas – ¿veis? Estoy perfectamente.

-No seas tonto – intervino el señor Veteran y se agachó para ver cómo tenía la pierna – mira lo inflamado que está. No te has cuidado la pierna desde el partido con la Royal, ¿verdad?

-Claro, porque no me pasaba nada.

-Te voy a decir algo Kevin, hacerte el duro no te va a servir.

-El partido contra el Épsilon es dentro de una semana, ¿estará recuperado a tiempo? – dijo Jude.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora