Especial de fin de año

115 4 3
                                    

Nota de la autora: recordaros que este especial no sigue la historia original del fanfic. Este especial contiene algunas escenas subidas de tono. Espero que lo disfrutéis y desearos un feliz año.

También quiero recordar que los personajes están en la universidad, por lo que ambos serían mayores de edad.

**************************************************************************

Narra ____

El viaje a Kioto fue uno de los mejores que había hecho. Nos habíamos divertido mucho y la señora Min y yo creamos una relación especial. Nos dijo que si alguna vez volvíamos a Kioto que no dudáramos en quedarnos con ella. En muy poco tiempo me había encariñado con esa mujer. Además, después de estar discutiendo finalmente nos regaló los yukatas que nos había dejado para el festival.

Durante el viaje de vuelta no dejé de pensar en la confesión que hicimos Nathan y yo sobre dar el siguiente paso. Estuve todo el camino distraída. Al llegar a la estación de Inazuma cada uno se dirigió a su casa. Nathan quiso acompañarnos, pero le dije que María y yo teníamos que hacer algunas compras. Así que nos despedimos allí con un beso rápido y se fue con Mark.

-No tenemos que comprar nada, ¿os habéis peleado? –Preguntó mi hermana una vez que nos quedamos solas.

-No, no nos hemos enfadado, –respondí.

-Vale, no os habéis peleado. Pero algo tuvo que pasar anoche, cuando volvisteis de ver los fuegos artificiales estabas rara. Pensé que sería algo sin importancia, pero has estado en tu mundo durante el trayecto de vuelta. Además, te has inventado una excusa para que Nathan no nos acompañase, y eso es raro en ti. Siempre buscas algo para estar más tiempo con él. Así que dime qué pasa.

Me quedé sin palabras. María había estado pendiente de todo, pero no sabía si contarle la verdad. Me daba vergüenza hablar de ese tema con ella aunque sea mi hermana.

-¿Vamos a tomar algo y te lo cuento? –Decidí al final.

-Vale, podemos ir a la zona comercial. Está a quince minutos andando, –propuso.

-De acuerdo.

Al llegar entramos en una cafetería. María se sentó en una mesa que estaba al lado de un gran ventanal donde se veía a las personas pasar de un lado a otro. Fui a pedir un chocolate caliente y un batido de fresa. Cuando me dieron la comanda me dirigí hacia la mesa en la que me esperaba mi hermana.

-Aquí tienes, –dije poniendo su batido en la mesa.

-Gracias.

Nos quedamos en silencio y estuve dándole vueltas al chocolate con una cucharilla.

-Vas a marear el chocolate ____. Cuéntame.

-Está bien, verás... –le conté todo.

-¡¿Que queréis dar el siguiente paso!? –Exclamó elevando la voz y todos los clientes dirigieron sus miradas hacia nosotras.

-¡Shhh! No grites tanto, –dije avergonzada.

-Perdón, perdón, –se disculpó–. Pero, ¿qué tiene de malo?

-¿Cómo?

-Quiero decir, entendería que estuvieras confundida si él te hubiera dicho que no o algo parecido, pero te ha dicho que sí. No entiendo el problema.

-No hay ningún problema. Es solo que me pongo nerviosa porque recuerdo esa confesión y no sé qué hacer.

-Ay hermana. ¿No sería mejor hablarlo con él? No podrás poner muchas excusas, ya que en fin de año ibais a celebrarlo juntos, –recordó.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora