Un encuentro con kappas

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Narra ____

Anoche me preocupó un poco cuando Celia me dijo que María había comido antes para irse a su habitación a descansar porque no se encontraba bien. Así que al terminar de cenar llamé a su puerta para ver cómo se encontraba, pero no contestó. Supuse que ya estaba dormida.

Al día siguiente, al ver a mi hermana fui a preguntarle cómo estaba y me dijo que ya se encontraba mejor. Me alegré que no fuera nada importante.

Durante el desayuno, Mark nos dijo que se había encontrado un kappa por la noche cuando se despertó para ir al baño. Miré a Axel con la misma expresión de incredulidad que él a mí.

-Pero capitán, ¿estás totalmente seguro de que era un kappa? –Preguntó Jack.

-¡Que es verdad! ¡Chicos, os digo que estaba allí! El kappa tenía la boca así, –intentó imitarlo–, y tenía en la cabeza algo como esto, –colocó una taza en la cabeza y se revolvió el pelo.

Creo que todos teníamos el mismo pensamiento en la cabeza.

-Nathan, ¿tú me crees, verdad que sí?

Mi novio no sabía donde meterse y tuve que reprimir una risa por su expresión.

-Eh, claro, –respondió en un tono para nada convincente.

-¿Y vosotros: Jude, Axel, ____? –Los dos primeros no dijeron nada y yo me reí nerviosa.

-¡Que no miento, tenéis que creerme! –Exclamó indignado.

-Oye Mark, –dijo Xavier–, ¿no comprendes que no has podido ver a un kappa? Porque esos duendes acuáticos son criaturas imaginarias. No existen de verdad.

-No, si ya lo sé, pero...

-Seguro que en realidad te confundiste con otra cosa, –colocó una mano en su hombro como señal de apoyo.

-Es posible, –dijo resignado.

-Bueno chicos, es hora del entrenamiento, –anunció Silvia y todos empezamos a recoger nuestras bandejas.

Todos estábamos muy concentrados en el entrenamiento. Nuestro siguiente partido era contra Paolo y para superar la clasificación debíamos ganarlo. Sin embargo, tenía la sensación de que mi juego no sería suficiente para derrotarlos. Sabía que a Zodíaco le faltaba un poco para llegar a su máximo nivel y le vendría muy bien al equipo que pudiera conseguirlo antes del partido.

El entrenamiento matutino terminó y Xavier dijo que iría a correr un poco antes de comer. Decidí unirme a él para despejarme un poco. Celia nos avisó de que no llegáramos muy tarde porque habían preparado bolas de arroz con atún para el almuerzo.

-No te importa que me haya unido, ¿no? –Le pregunté al pelirrojo cuando nos dirigíamos al pequeño bosque que había cerca del albergue.

-No, para nada. También iba a entrenar un poco más los regates, –especificó.

-Prometo no molestar, –dije levantando la mano como señal de promesa.

Nos detuvimos en una zona despejada y Xavier empezó a regatear varios árboles, pero no conseguía llegar hasta el último. Fui a recoger el balón que había chocado con el tronco, pero me sorprendí al ver a un chico con un aspecto un poco raro con la pelota en las manos. ¿Era lo que creía que era?

-Xavier, –susurré y miró hacia el chico también. Se quedó observándonos hasta que oímos la voz de Scotty.

-¡Socorro!

Fuimos hacia él y estaba luchando patosamente con unas hiedras que lo habían atrapado.

-Xavier, ____, –dijo al vernos.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora