Una maldición y el cuaderno secreto

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Volvimos al club para hacer oficial la inscripción de Axel. Noté cómo todos los de primero estaban muy entusiasmados al escuchar sus comentarios.

-Esperad un momento, ¿pero para qué lo necesitamos? El equipo ya cuenta con mi supertiro – dijo Kevin interrumpiendo a los chicos.

-¿Pero se puede saber qué pasa? Como si el Raimon no pudiera tener dos delanteros – dijo Mark para intentar poner un poco de paz.

-Es verdad, si Kevin y Axel son los delanteros tendremos una formación más ofensiva y más posibilidades de marcar gol – añadí para hacer entrar en razón a Kevin.

-Con un solo delantero nos basta y nos sobra – dijo Kevin acercándose a Axel, este le respondió sin darle mucha a importancia. Esto hizo que Kevin agarrase a Axel por el cuello de la camiseta.

-¡Kevin, basta! – Dije interponiéndome entre ambos mientras se abría la puerta del club.

-Tenéis que ver esto – dijo Celia con un CD en la mano. Pusimos el CD en el ordenador. Era un vídeo de un partido del Occult, pero lo más extraño es que todos los jugadores del equipo rival no se movían.

-Eso es porque dicen que el Occult les echó un mal de ojo – explicó Celia.

-¿Un mal de ojo? Pero eso es imposible, ¿verdad? – Pregunté con un poco de miedo.

-Lo comprobaremos el día del partido – dijo serio Mark. Después, entrenamos y nos fuimos a nuestras casas.

-Kevin – le llamé antes de que saliese del club – tengo que hablar contigo.

-¿Qué quieres ____? – Dijo girándose hacia mí.

-Creo que deberías relajarte con Axel – me miró perplejo – no me mires así. No puedes seguir montando ese tipo de escenas, es malo para el equipo – tras decir esto, se volvió a girar y se fue dejándome sola.

-No te preocupes tanto ____, se le pasará – dijo una voz tras de mí.

-Lo sé Nathan, pero aun así no puedo evitarlo – suspiré – espero que no la líe mucho en el partido. Entre Kevin y el mal de ojo no sé qué es peor.

-¿Te asusta?

-La verdad es que sí, pero intento no darle muchas vueltas.

-Ya verás que no será para tanto – dice sonriéndome. Cada vez que me sonríe hace que me relaje y no tenía ni idea de la razón, pero preferí no darle mucha importancia.

Ya había llegado el día del partido. Como la última vez Chester va a retransmitir el partido con su micrófono. Estábamos calentando cuando el Occult llegó. Tenían un aura muy siniestra y escuchar a Jimm diciendo que daban mal rollo hizo que tuviera un escalofrío.

-¿Estás bien? – Me preguntó Nathan mientras se acercaba a mí.

-Sí, no te preocupes – le sonreí levemente para tranquilizarlo.

-Está bien, allá vamos – dijo Mark.

Todos nos pusimos en línea mientras los entrenadores se saludaban, pero un comentario que hizo el entrenador del Occult elogiando a Axel hizo que Kevin reclamase. Menos mal que Mark y yo le detuvimos antes de que entrase más en su juego.

Dio comienzo el partido. Sacaron de centro y se adentraron a nuestro campo hasta que el balón llegó a uno de sus delanteros, quien realizó su Tiro Fantasma, pero Mark detuvo el tiro. El balón le llegó a Kevin y este avanzó hasta llegar a la portería rival, donde chutó con su supertécnica Remate dragón, marcando gol. Todos lo celebramos y felicitamos a Kevin por su tiro. Repetimos todo y volvimos a marcar como la primera vez. Todo esto me pareció un poco raro, pero no quería preocupar a los demás por una tontería. Aunque pude observar que Axel también estaba pensativo mirando al equipo rival.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora