La selección está en peligro

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Narra María

Los chicos habían conseguido ganar el segundo partido. Cuando volvimos del estadio, todos se ducharon y cenaron temprano. Tenían que recuperar las fuerzas gastadas de todo el día.

Al día siguiente siguieron con los entrenamientos. Pude notar la gran compenetración que tenían Axel y Austin según avanzaban con el tiempo. El dominio de Austin con el balón era increíble. Además, después de lo ocurrido en el último partido se le veía con mucha más confianza.

Sin embargo, el único que todavía seguía igual de torpe que el primer día era Archer. Sus pases iban sin ningún control. Uno de ellos golpeó a Hurley en la cabeza. Estaba completamente segura que era su primera vez jugando al fútbol.

En el siguiente pase que le dio Darren ni siquiera le dio a la pelota y decidió ir a correr solo. El entrenador llegó a la media hora y nos anunció que el entrenamiento había acabado por hoy. Me fijé que Archer fue directamente a lavarse la cara y fui tras él para ofrecerle una toalla. Solo hizo un gesto con la cabeza como agradecimiento.

-Archer, ¿ya has hecho tus entrenamientos? –Preguntó Mark llegando a nuestro lado–. Oye, ¿qué te parece si entrenas con todos los demás?

-Gracias capitán, pero prefiero trabajar un poco por mi cuenta, –respondió.

-Pero Archer... –Dije con un tono de reproche.

-Vaya, cuántos aires se dan algunos.

-Caleb, –dije sorprendida al verlo apoyado en los grifos de agua que había al otro lado.

-Sobre todo para alguien como tú: incapaz de dar un pase. Contigo en el campo es como si jugásemos con un jugador menos, –dijo con un tono arrogante.

-Caleb, Archer está trabajando muy duro y en el partido contra Qatar fue de mucha ayuda, –defendió Mark.

-Mark tiene razón, cada uno hace su mayor esfuerzo, –añadí.

-Pero al final acabaremos perdiendo y será por su culpa, –continuó.

-Cállate Caleb y deja de decir estupideces, –recriminé. Este chico me sacaba de mis casillas.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? –Caleb se acercó a Archer para enfrentarse a él y me puse en medio para detenerlo.

-Vale ya, parad de una vez, –dije seria. Caleb me sostuvo la mirada y sonrió cínicamente.

-Más te vale no molestarnos, que algunos sí podemos jugar, –habló mientras se marchaba.

-Qué chico más odioso, –musité.

Entramos al edificio y decidimos analizar el partido del día anterior para ver los fallos y crear nuevas estrategias. Durante los siguientes entrenamientos Mark estuvo practicando los pases con Archer.

-____, –llamé a mi hermana una vez que acabó de hacer los estiramientos.

-Dime.

-Quiero ir a hablar con el entrenador Hillman sobre Archer, ¿me acompañas?

-Por supuesto, me ducho rápido y vamos.

-Perfecto, te espero en el comedor.

Una vez que ____ bajó nos dirigimos hacia el restaurante RAI-RAI del entrenador. La puerta estaba cerrada, dimos unos golpes suaves y abrimos.

-¡Entrenador! –Exclamó mi hermana al entrar.

El señor Hillman estaba apoyado en una de las paredes del restaurante con una mano en el pecho. Parecía tener un fuerte dolor en ese lugar.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora