Corramos juntos | Nathan y tú

Jude vs Jude

Narra María

-Permitirme que os presente al chico que ocupa el puesto de mando del equipo D. Se llama Demonio Strada, –dijo Ray Dark.

-¿Demonio? –Repitió Paolo.

-¿Veo mal o Jude y él son como dos gotas de agua? –Expresó Mark confuso.

Después de las presentaciones nos colocamos en fila para que los capitanes decidieran los campos y el saque inicial. Yo me senté junto al resto de jugadores lesionados en el banquillo.

Desde que los chicos se habían colocado en sus posiciones, no podía evitar fijarme en cada movimiento que hacía Caleb. Las palabras que me había dicho mi hermana la noche anterior no dejaban de dar vueltas en mi cabeza, pero este no era el momento para estar pensando en eso. También me preocupaba la desconfianza de David y Jude hacia Caleb, ya que eran los que más sospechaban de él. Esperaba que sus corazonadas no fueran ciertas.

Confiaba en que ganarían, pero tenía curiosidad en aquel chico llamado Demonio. Tal y como había dicho Mark minutos antes, era idéntico a Jude. Sin embargo, ¿sus habilidades serían las mismas? Eso era imposible.

En ese instante Caleb miró hacia el banquillo y me tensé, pero al notar que yo también lo estaba observando su mirada se dirigió a Ray Dark.

El equipo D dio inicio al partido con el saque de centro y el balón llegó a los pies de Demonio. Jude fue a cubrirlo, pero Demonio usó el Super espejismo de balón para superarlo. El chicó avanzaba y pude notar que la formación que estaban utilizando era la misma que usaba la Royal Academy.

Paolo le indicó a varios de sus compañeros que bajaran la línea defensiva, pero era demasiado tarde y Demonio la sobrepasó sin problema.

-¡Paolo! –Gritó Mark desde la portería–, ¡Jude conoce todas las estrategias de Ray Dark, deja que él se encargue de dirigir al equipo!

-¡Confío en tí Jude!

-¡Vale!

En ese momento Jude empezó a dar órdenes para evitar el avance del equipo D. David también debía conocer muy bien sus tácticas, ya que al final él también había estado bajo sus órdenes durante mucho tiempo. Me dio la sensación de que había conseguido predecir el siguiente pase, pero cayó en el señuelo del capitán del equipo D. Demonio tiró a puerta y Mark detuvo el chut sin problema. Gigi lo felicitó desde el banquillo.

Mark realizó un pase largo hasta David para comenzar el contraataque, pero Jude se detuvo en la mitad del campo. No se movía. ¿Qué le ocurría? Parecía tener la mirada perdida como si estuviera sumido en sus propios pensamientos. Mi atención se dirigió del chico que se había quedado quieto a otro que fue a enfrentarlo corriendo hacia él.

-¿¡Hasta cuándo piensas seguir pensando en el pasado!? ¡Me pone de los nervios tanto lloriqueo! ¡Nosotros no somos ni tus marionetas ni tus creaciones! –Exclamó enfurecido Caleb y le quitó el balón a Jude con una entrada fuerte.

Era la primera vez que lo veía de ese modo. Su expresión daba un poco de miedo y cuando Caleb miró a varios jugadores del equipo D retrocedieron.

-Así que por fin te has quitado la careta, –habló David.

-¿Cómo? –Dijo Caleb sin entender a qué se refería. Lo sabía: David y Jude no confiaban en él.

-Sabíamos que acabarías traicionándonos por Ray Dark, –confesó David.

-¡Eh, oye! ¡No te equivoques conmigo! –Espetó Caleb indignado–. Si me acerqué a Dark no fue para unirme a él, ni mucho menos. Solo quería estar lo bastante cerca como para decirle una cosa en su cara: ¡que ya no necesito absolutamente para nada su ridículo poder! Y tú todo el rato que si Jude esto o lo otro. ¡Eres patético!