El futuro de la selección italiana

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Narra ____

Todos vimos cómo Jude, David y María salieron corriendo. ¿Qué estaba pasando? El entrenador decidió dar por terminado el entrenamiento media hora después. Mark y yo decidimos ir a buscarlos porque sabíamos que había algo que les preocupaba.

Mi hermana se estaba esforzando mucho, junto con Celia, para ayudar a Darren a conseguir su propia supertécnica. Por eso, su desconcentración tenía que tener una razón de peso.

Estábamos buscándolos cuando vimos a lo lejos a Jude y David subir a un autobús. Sin pensarlo, corrimos lo más rápido que pudimos y conseguimos entrar justo antes de que las puertas se cerraran.

Mark fue el primero en recuperar el aliento y fue cuando me percaté que Caleb y María también estaban allí. ¿Qué hacían los dos juntos?

-¿A dónde vamos? ¿Qué sucede chicos? –Pregunté curiosa.

-Ray Dark está en la isla, –confesó Jude.

-¿El mismísimo Ray Dark? –Repitió sorprendido Mark–. Osea que Dark pretende hacer una de las suyas en este torneo, ¿no?

No habíamos sabido nada de él desde que desapareció la Royal Academy Redux.

-No lo sé, eso es lo que quiero averiguar, –dijo Jude–, si de verdad está tramando alguna maldad de las suyas debo detenerlo como sea.

-Ah claro, por eso no podíais concentraros en el entrenamiento, ¿no? –deduje.

-Siento mucho haberos preocupado, –habló Jude.

-A ver si hoy terminamos con esto y podemos continuar mañana como si no hubiera pasado nada. Se lo contaremos todo al entrenador Travis cuando volvamos al entrenamientos, –añadió David.

-Vale y ahora, los 6 juntos, detendremos a Ray Dark, –dijo Mark y Jude miró a Caleb–. ¿Qué es lo que pasa?

-Estamos seguros de que nosotros dos queremos derrotar a Dark, pero alguno de aquí podría unirse a él, –explicó Jude.

-Los tres vimos cómo Caleb se reunió a solas con Ray Dark, –matizó David.

-¿Es eso cierto? –Lo miré.

-¿Quién sabe? –Respondió.

-No, yo confío en Caleb, –reconoció Mark–. Vosotros cuatro sois mis compañeros de equipo, tanto Caleb, como tú ____, como tú David o como tú Jude.

-Ya, pero... –quiso rebatir David.

-¿Cómo no iba a fiarme de vosotros? –Sonrió Mark.

-Yo también confío en Caleb, –habló por primera vez María y vi la expresión de sorpresa de Caleb–. Sí, es cierto que los vimos juntos, pero nosotros también estábamos allí. Es posible que también se lo encontrara. Pero la actitud de Caleb no ayuda mucho, –lo miró mal y él sonrió como de costumbre.

Nos quedamos en silencio. ¿Desde cuándo mi hermana le tenía tanta simpatía al chico?

-Vale, entonces, ¿a dónde vamos? –Preguntó Mark.

-Estamos a punto de llegar al área italiana. Próxima parada: Italia, –avisó la megafonía del autobús.

Nos bajamos del autobús y empezamos a buscar por las calles del área italiana. Después de un rato vi a lo lejos a un grupo de chicos. Según nos íbamos acercando me percaté que uno de ellos era Paolo, seguro que el resto eran sus compañeros.

-Mira Mark, ¿aquel chico no es Paolo?

-¿Paolo? Sí, tienes razón, vamos a saludarlo.

Antes de llegar a su lado unos tablones de madera se soltaron y cayeron encima de Paolo. Menos mal que los reflejos de Jude fueron más rápidos y le arrebató el balón a uno de sus compañeros para tirar hacia el poste que caía sobre el chico.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora