Oscuridad

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Narra María

____ decidió ir sola a buscar a Nathan. Preferí no insistir en acompañarla, me imaginaba que necesitaba estar un tiempo sola después de lo sucedido con Shawn. Pasaron un par de horas y mi hermana no había vuelto todavía. Estaba preocupada por ella, ya que empezaba a anochecer. Iba a salir a buscarla cuando me crucé con Mark, quien estaba decaído, lo cual era muy raro en él.

-Mark, ¿pasa algo? No te ves bien.

-Es Nathan – respondió – Nathan ha abandonado el equipo.

-¿Cómo dices? – dije estupefacta – ¿Cómo que ha abandonado el equipo? ¿Y ____? ¿Sabes dónde está?

-No, ¿no está con los demás? – negué con un movimiento de cabeza.

-Me dijo que iba a ir a buscar a Nathan para hablar con él, pero eso fue hace dos horas – dije cada vez más preocupada.

-Vamos a buscarla. Espérame aquí y aviso al resto.

-De acuerdo – Mark entró al Fauxshore y en unos minutos todos salieron. Nos dividimos en grupos de dos y tres y concordamos en avisar cuando la encontrásemos.

¿Cómo era posible que Nathan hubiese abandonado el equipo? ¿Dónde estabas ____? Mi preocupación aumentaba cada vez más hasta que Mark me gritó desde la otra punta de la calle en la que nos encontrábamos.

-¡María, la he encontrado! – gritó Mark alzando los brazos para hacerle señas.

-¿Dónde? – dije jadeando.

-Allí, en el puerto – señaló.

Divisé a mi hermana en la dirección que apuntaba Mark. La preocupación pasó a un nivel diferente. Nos acercamos a ella sin hacer ruido. ____ estaba hecha un ovillo, protegiéndose de cualquier cosa. Se veía muy vulnerable, tan vulnerable que me daba miedo tocarla por si se rompía.

-____ – dije a sus espaldas. Mark quiso decir algo, pero le miré y negué. – Déjame a mí, vuelve al Fauxshore y avisa a los demás de que la hemos encontrado – tenía que hablar con mi hermana sola antes de someterla a un interrogatorio.

-Está bien. No tardéis mucho, si se niega o tienes algún problema llámame – noté preocupación en su tono.

-Sí, no te preocupes Mark – le sonreí.

-Hermana, nos tenías preocupados a todos. Toma, debes de tener frío – le puse mi chaqueta para que se abrigara un poco.

-Se ha ido – murmuró.

-Lo sé, Mark me lo ha dicho cuando te estaba buscando – puse un brazo por encima de sus hombros y la abracé –. Suéltalo todo y, si quieres, luego hablamos.

____ empezó a llorar. Nos quedamos en silencio, solo se oía el sonido de las olas que hacían al romper contra el muro y su llanto. No quería agobiarla con todas las preguntas que tenía, esperaría a que se calmara y que decidiera contarme qué había ocurrido.

-No es lo suficientemente fuerte – habló de repente.

-¿Cómo?

-Esa ha sido su respuesta, que no es tan fuerte como yo.

-Vaya estupidez – dije perpleja – perdón, no quise decir eso. Bueno, sí, pero no es el momento – ____ esbozó una leve sonrisa.

-Siempre tan directa – volvió a ponerse seria.

-Perdón.

-No te preocupes, en cierto modo tienes razón. Yo no soy tan fuerte como cree él.

No sabía qué decirle a mi hermana. Era la primera vez que me encontraba en una situación como esta. ¿Qué habría dicho Byron en mi lugar? En estos momentos deseaba tener los consejos que daba el chico que había estado conmigo cuando me metía en problemas.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora