Unicorn

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Narra ____

Solo quedaba un día para el partido contra Estados Unidos y el entrenador Travis nos había dejado el resto de la tarde libre.

-Hurley, –me acerqué–, ¿vas a ir a hacer surf?

-Sí, –lo miré parpadeando varias veces seguidas–, ¿quieres algo?

-¿Te acuerdas que me prometiste que me enseñarías?

-¿Yo dije eso? –Lo fulminé con la mirada, –tranquila, tranquila, era broma. ¿Quieres empezar tu primera lección hoy?

-¡Sí! –Exclamé entusiasmada.

Una vez que me ayudó a elegir mi tabla y me explicó cómo funcionaban las corrientes, ya estábamos en el agua. Me dio las indicaciones para incorporarme y mantenerme en pie sobre la tabla antes de ponerlo en práctica. Ya le había enseñado una vez a Mark, así que tenía experiencia como profesor.

-Tienes un gran equilibrio ____, –elogió.

-Sí, y aprendo rápido, –reí.

-Mark tardó dos días en conseguir ponerse de pie en la tabla, –comentó.

-Conmigo no tardarás tanto. Intentémoslo otra vez.

-Está bien, vamos.

Al final pude coger una ola casi entera, pero me caí al agua antes. Me divertí mucho. El sol se empezó a esconder y volvimos al albergue. Nos duchamos y bajamos al comedor a cenar.

Al entrar me encontré con Shawn y me preguntó qué había estado haciendo después del entrenamiento. Cuando le dije que le había pedido a Hurley que me enseñara a surfear no se sorprendió.

-Se te dan muy bien los deportes en los que el equilibrio es la clave. Me di cuenta cuando practicamos todos juntos snowboard en el Alpino, –agarró su bandeja de comida.

-Se me dan bien muchos deportes y los que no, aprendo rápido, –sonreí orgullosa.

-Alguno se te tiene que dar mal, –sugirió Shawn para molestarme.

-Pues aún no lo he descubierto, –me encogí de hombros y me adelanté para ir a la mesa en la que se encontraban Nathan, Axel, Jude y David–. Hola chicos, –me senté junto al primero.

-¿Qué tal las clases de surf? –Preguntó Nathan.

-Muy bien, casi consigo surfear una ola completa.

-¿Ya estás bien del hombro? –Se interesó Jude y asentí.

-Estoy preparada para enfrentarme a Eric y Bobby.

-Es bueno saber que no tienes ninguna molestia, –añadió David. Shawn se sentó a mi lado.

-Tengo muchas ganas de que llegue mañana, –comentó.

-Sí, yo también. Todos hemos evolucionado mucho desde la última vez que nos vimos.

Terminamos de cenar, pero noté a Nathan raro. Sabía que le ocurría algo y quise preguntarle.

-Nathan, ¿todo va bien?

-Sí, ¿por qué?

-No sé, has estado muy callado durante la cena. Estaba preocupada.

-Es solo cansancio, voy a irme a mi cuarto. Buenas noches, –me dio un casto beso en los labios.

-Hasta mañana, –me despedí.

-¿Le pasa algo a Nathan? –Preguntó una voz a mis espaldas.

-Está cansado.

-Supongo que ha sido por estar practicando la supertécnica, –dedujo Shawn.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora