La calma antes de la tormenta

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Narra ____

-Chicos, tenemos que conseguir otro cuaderno de mi abuelo – anunció Mark una vez que nos subimos a la caravana.

-No sé de qué estáis hablando, pero me apunto también – dijo Sue.

-Pero ahora que lo pienso, ¿qué haces tú aquí? – preguntó confusa Silvia.

-¡Qué más da! Mi cariñín y yo somos como uña y carne. Nadie podrá separarnos ni aunque lo intenten.

-No importa que seamos más en el equipo – apoyó Mark.

-Oye – le susurré a Nathan – nosotros no nos veremos así, ¿verdad?

-No, qué va. Creo que somos mucho más discretos que ellos – cogió mi mano y sonrió.

-Tienes razón – reí por lo bajo.

Después de una hora más de viaje llegamos al Fauxshore. Al bajarnos de la caravana un hombre mayor nos estaba esperando para darnos la bienvenida.

-Así que tú eres el nieto de David Evans, bienvenido – sonrió amablemente.

-Gracias – dijo Mark estrechando la mano del director.

-Tío, cuánto tiempo sin vernos – habló Nelly.

-Hola Nelly, me alegro mucho de verte.

-Es amigo de la familia, le conozco desde que era una niña – explicó.

-Así es, ¿cómo está tu padre? Hace tiempo que no sé nada de él. Dale muchos recuerdos cuando le veas.

-Sí, pero hay algo que no entiendo. ¿Cómo es que tú tienes ese cuaderno de David Evans?

-Pues porque era un gran amigo de David Evans – respondió –. David y yo estudiamos aquí.

-¿Pero es que mi abuelo no era de la ciudad de Inazuma?

-No, nació aquí en Luckyhill. Se mudó a Inazuma cuando empezó secundaria. Pero fue aquí donde comenzó la pasión de David por el fútbol. Si queréis podemos ir a mi despacho para hablar más cómodos.

-De acuerdo – dijo la entrenadora. 

Nelly, Mark y la entrenadora fueron detrás del director. Quise ir con ellos, quería escuchar la historia del abuelo de Mark por parte de alguien que conoció al mismo David. Al fin y al cabo había crecido con el mismo cuaderno que Mark, pero entendía que no era mi lugar.

-¡Oye ____! – gritó Mark corriendo hacia nosotros – ¿no vas a venir?

-¿Yo? No creo que deba.

-¿Por qué dices eso? Tanto tú como yo hemos crecido siguiendo los consejos del abuelo. Venga, vamos.

-Mark... Sí, venga – nos dirigimos hacia el interior del edificio.

-Perdone señor – habló Mark cuando llegamos al despacho – ella es ____. Es una amiga que, al igual que yo, siempre ha admirado al abuelo. Y le gustaría mucho escuchar lo que nos tiene que contar sobre el abuelo.

-Un gusto señor – me incliné para saludarlo.

-Por supuesto que sí, tomad asiento – indicó.

-Entonces, ¿podría contarnos más sobre mi abuelo?

-Claro, claro. David parecía brillar cuando jugaba al fútbol, como si soltase chispas. De noche o de día, siempre estaba igual, no dejaba de pensar en el fútbol. Siempre intentábamos ser mejor que el otro y eso hizo que nos recorriéramos varias colinas corriendo detrás del balón. Pero eso no es todo, a veces íbamos a la montaña a cazar jabalíes.

Corramos juntos | Nathan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora