Veinte minutos después, seguía sentada en el suelo cuando oyó unos pasos rápidos que se acercaban. Al levantar la cabeza, vio que se trataba de Poncho y, olvidándose de todo lo ocurrido, se levantó y se echó en sus brazos. Así estuvieron unos segundos, hasta que la separó y al ver sus ojeras preguntó:
—¿Por qué no me has llamado antes?
El llanto se volvió a apoderar de ella y Poncho la acarició y la abrazó, mientras le daba consuelo. Cuando consiguió tranquilizarla, la sentó en una silla y Anahí le contó entre hipidos lo que ocurría.
Poncho se levantó y dijo:
—Voy a llamar a mi hermano Dylan. Es médico en el Ronald Reagan y sabrá mejor que yo lo que hay que hacer.
Anahí asintió. Mientras hablaba con su hermano, Poncho la miraba, sentada en aquella silla, esperando. En los días que llevaba sin verla había adelgazado varios kilos y sus ojeras y su rostro demacrado revelaban lo agotada que estaba.
Cuando colgó, se acercó a ella y dijo:
—Vamos a llevarnos a Jenny al Ronald Reagan. Dylan ya ha mandado una ambulancia para recogerla. Sobre la cuenta de aquí, les daré mis datos para que me pasen la factura.
A Anahí se le llenaron los ojos de lágrimas y murmuró:
—Gracias... gracias...
Desconcertado al ver a aquella muchacha con tanta vida tan desesperada, la asió de los hombros y, cuando consiguió que lo mirara, dijo:
—A partir de ahora olvídate del dinero, ¿entendido? Tú me has pedido ayuda y yo te la voy a dar.
Una hora después, Jenny era trasladada al otro hospital.
Al llegar allí, Dylan salió a recibirlos y, cuando vio a la joven del pelo de colores, le pareció que la conocía de algo, pero no preguntó. Lo primero era la niña.
—Hola, soy Dylan, el hermano de Poncho —se presentó, tendiéndole la mano, una vez que hubieron bajado a la pequeña de la ambulancia.
Anahí lo miró y, abrazándolo, murmuró:
—Gracias... gracias por todo. —Y al apartarse de él, añadió con una triste sonrisa—: Yo soy Anahí Puente.
Instantes después, se les acercó otro médico y, tendiéndole la mano a Anahí, dijo:
—Soy el doctor Gallardo, jefe de cardiología pediátrica. —Miró los papeles que Dylan le tendía y preguntó—. ¿Estos son los informes de la paciente?
—Sí —respondió ella.
Mientras se dirigían al interior del hospital, el doctor Gallardo le dijo a una enfermera:
—Pídeme análisis de sangre completos, radiografía de tórax, ecocardiografía y electrocardiografía. Seguramente necesitaremos un cateterismo, pero eso se lo haremos mañana. Cuando tenga las primeras pruebas, podré valorar el tema de la operación.
Anahí miró a Poncho asustada. No entendía nada de lo que el doctor Gallardo decía. La jerga médica no era lo suyo.
—Tranquila —dijo él, sonriéndole—. Saben lo que hacen.
—¿Cómo te llamas? —le preguntó el doctor Gallardo a la niña.
—Jenny —respondió ella, mirando a su alrededor.
Al ver sus labios azulados y lo asustada que parecía estar, el médico se inclinó sobre ella y dijo:
—Tienes un nombre precioso Yo soy el doctor Gallardo y te voy a curar. Te aseguro que cuando salgas del hospital, podrás correr en bicicleta todo el tiempo que quieras.
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Todo de mi (AyA Adaptación)
FanfictionPoncho Herrera es un guapo, adinerado y exitoso compositor de música puertorriqueño. No hay mujer que se le resista y que olvide con facilidad su mirada verde y leonina. Anahí es una joven que con apenas veinte años tuvo que hacerse cargo de su herm...