Parte 42

96 7 0
                                    


A principios de diciembre, los Herrera recibieron una invitación para asistir a una gala benéfica. Como siempre que acudía a ese tipo de actos, Anahí se quedaba sin palabras. Ante ella tenía a las mayores estrellas del mundo, personas a las que admiraba por su música o sus películas y de primera mano podía comprobar que todos ellos eran personas tan normales como ella.

—Cariño —dijo Poncho—, mira, quiero presentarte a un amigo.

Anahí, que estaba hablando con Yanira, se quedó sin palabras al encontrarse de frente con el rubiazo, guapo e increíble Thor, o, mejor dicho, Chris Hemsworth.

—Chris, te presento a mi futura esposa. Por cierto, gran admiradora tuya.

El actor, que iba acompañado por su guapa mujer, Elsa Pataky, española como Anahí, sonrió y enseguida los cuatro entablaron conversación. Hablaron de infinidad de cosas, incluidos los niños. Las dos parejas tenían y rieron al contar sus ocurrencias.

Cuando minutos después otras personas se unieron a la charla, Anahí, todavía incrédula, miró a Poncho y cuchicheó:

—Por el amor de Dios, ¡es todavía más guapo en vivo y en directo!

—¿He de ponerme celoso? —preguntó él, sonriendo.

—¡Celosísimo! —respondió Anahí.

La miró encantado y, cuando la iba a besar, se les acercaron unos compañeros de la discográfica y no pudo hacerlo. Al ver que se ponían a hablar de trabajo, Anahí cogió una copa de champán a la camarera que pasaba con una bandeja y se acercó a Yanira. Le estaba comentando que había conocido a Chris, cuando vieron entrar a Tifany del brazo del ruso. Ella sonrió al verlas y se acercó con Alexei.

Minutos después, se les unió Dylan y, al cabo de un rato, también lo hizo Poncho. Las tres parejas se sentaron juntas a charlar, mientras diferentes actuaciones pasaban por el escenario, hasta que de pronto vieron llegar solo a Omar.

Eso sorprendió a todos. ¿Omar solo?

Tras hablar con varias personas que se encontró a su paso, este, hecho un pincel, se acercó a ellos y, sin perder su sonrisa ni un solo instante, los saludó a todos, incluido Alexei.

Después de darle dos besos en las mejillas e inundársele las fosas nasales de su colonia, Tifany se movió nerviosa en la silla y Yanira, mirándola, susurró:

—¿Ocurre algo?

—Ha cambiado de colonia —respondió ella molesta.

—¿Qué? —preguntó Anahí, divertida.

Yanira y ella se miraron y Tifany cuchicheó:

—Omar utilizaba Fahrenheit de Dior y ahora huele a The One Men, de Dolce & Gabanna.

—¿Y cuál es el problema? —preguntó Yanira.

Bebiendo de su copa, Tifany se acercó a ellas y susurró:

—Durante los años que estuvimos casados, le compré cientos de colonias a la espera de que cambiara alguna vez y siempre se negó. ¿Por qué tiene que hacerlo ahora?

Yanira la miró boquiabierta y, negando con la cabeza, respondió:

—Muy fácil, cielo, ¡porque le ha dado la gana!

Tifany cabeceó y al ver a Alexei hablar y reír con los tres hermanos Herrera, dijo con una sonrisa espectacular:

—Me encanta que mi futuro marido se lleve bien con ellos.

Todo de mi (AyA Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora